Chus Mateo y Jasikevicius, los grandes damnificados en la Copa de Ibon Navarro

En la primera fila de invitados en el Olímpico de Badalona estaba Pablo Laso. El ex entrenador del Real Madrid no podía evitar morderse las uñas al ver cómo su ex equipo naufragaba en la semifinal ante el Unicaja. Horas antes algún aficionado bromeaba asegurando que Joan Laporta tenía que atreverse ya a tantear a Laso como sucesor de Jasikevicius. El lituano termina su contrato el 30 de junio y su futuro en el Palau no está claro. Como el de Chus Mateo al frente del Real Madrid. En su caso el contrato se extiende un año más, hasta junio de 2024, pero la sensación en el equipo y alrededores es que después de la eliminación del Barça en cuartos se ha desperdiciado una gran oportunidad para fortalecer la apuesta por el que fuera ayudante de Laso. Desde Italia, "Il Corriere de la Sera" se apunta por un posible regreso de Scariolo. El mejor seleccionador de la historia del baloncesto español tiene contrato con la selección hasta los Juegos Olímpicos de París y con la Virtus de Bolonia también hasta 2024.

El agujero en la dirección del Madrid es indisimulable. Y la lesión de Llull, el alma del equipo, no hizo más que multiplicarla. A Chus Mateo le inspiran muy poca confianza Williams-Goss y Sergio Rodríguez. A uno lo sitúa como titular casi por obligación, pero lo que le da en defensa se lo quita en ataque. Y con el Chacho pasa lo contrario. Por eso sin Llull, los momentos decisivos quedaron en manos de Hanga. El húngaro fue clave en la pasada final de la ACB, pero ahora está lejos de su mejor versión. ¿La solución? A medio plazo: recuperar en verano a Campazzo que puede salir del Estrella Roja por 50.000 euros.

Sólo dos jugadores no salieron señalados de Badalona: Deck y Tavares. El argentino es indispensable sin necesidad de hacer ruido. Tavares respondió, pero... malgasta energías con los árbitros y los rivales han descubierto que una de las pocas maneras de rebajar su importancia es someterle a una actividad incesante y perder, al menos, parte del miedo que infunde. Del resto no se salva nadie y eso supone que la asignación de roles (Cornelie y Poirier, por ejemplo, fueron anecdóticos ante el Unicaja) por parte de Chus Mateo vuelva a estar cuestionada. Hezonja y Yabusele flojearon cuando más se les necesitaba. Musa tuvo la desgracia de acabar tocado, pero ya había dado señales de que empezaba a difuminarse. Y el propio técnico sufrió mucho con el cambio de planes de Álex Mumbrú tras el descanso y sucumbió ante Ibon Navarro.

Lo de Jasikevicius tiene más que ver con el desgaste. Antes de la Copa aseguró que no había hablado con el club de una posible continuidad. Después de la derrota a Juan Carlos Navarro no le quedó otra que decir que siguen confiando en técnico y jugadores. Desde el club se insinúa un primer acercamiento, pero con condiciones que lo mismo el lituano no acepta. Y tienen que ver con una rebaja de sueldo y una disminución en el presupuesto de la sección.

En su tercera temporada en el banquillo del Palau, Saras acumula dos Copas, una Liga y dos presencias en la Final Four (final con derrota ante el Efes y semifinal con derrota ante el Madrid). La salida de Calathes, con indemnización incluida, no hizo ninguna gracia al club ni a algún peso pesado. La media docena de incorporaciones está por ver que sean importantes. Así que los nombres como posibles sustitutos de Jasikevicius ya se oían en Badalona. Que si Xavi Pascual (que tampoco disgusta en el Madrid), que si Jaka Lakovic... el entrenador del Gran Canaria pasó por el club como jugador entre 2006 y 2011 y luego ejerció como entrenador-jugador del Barça B.

Camino del tramo decisivo de la temporada, el futuro estará marcado por la Euroliga. A diez partidos para el final de la primera fase, Madrid y Barça son segundo y tercero. Lo que más temen ambos sería un cruce de cuartos con el bicampeón Anadolu Efes. Para cualquiera de los dos banquillos, el no estar en la Final Four de Kaunas sería una amenazante guillotina.

Ibon Navarro, de espectador a campeón

En la edición de la Copa del Rey disputada en febrero de 2022 en Granada, Ibon Navarro apenas llevaba una semana como entrenador del Unicaja. En la última semana de enero había sido destituido como técnico del MoraBanc Andorra, equipo que terminaría descendiendo. Y en una de esas mañanas previas a los partidos de cuartos, el técnico llegaba en un coche de su nuevo club a la ciudad andaluza para presenciar el torneo como espectador. Su desafío al llegar a Málaga era evitar el descenso. Lo logró y un año después este vitoriano de 46 años se proclamó campeón de Copa y gran triunfador del torneo.