Baloncesto

Unicaja vuelve a ser grande con su segunda Copa del Rey (80-83)

Los malagueños culminaron un torneo memorable imponiéndose en la final al Lenovo Tenerife después de superar a Barcelona y Real Madrid

Eliminar al Barça en cuartos y al Real Madrid en semifinales sólo podía tener un final feliz para Unicaja. El equipo malagueño se proclamó campeón de la Copa del Rey ante el Lenovo Tenerife 18 años después de su primer título. El triunfo del Unicaja es la victoria de un colectivo en el que ha habido momentos para que brillasen todos sus componentes. Darío Brizuela y Perry en cuartos; Kravish y en realidad todo el bloque en semifinales. Y esa tendencia se mantuvo en la final con el liderazgo en el banquillo de Ibon Navarro. Kalinoski y Carter se encargaron de aupar al equipo en el momento más crítico, cuando el Lenovo Tenerife mandaba por nueve puntos en el tercer cuarto y Marcelinho gobernaba la final.

Porque Huertas casi podía estar sentado entre la primera fila de invitados en el Olímpico. El base brasileño cumple 40 años en mayo, pero sigue siendo una referencia indiscutible en su equipo y en la Liga Endesa. Cuando a un número importante de los finalistas todavía les podían los nervios, él se encargó de adornar la Copa con un par de inventos en forma de triple. Uno fue a la desesperada en el final de posesión. Era el comienzo del segundo cuarto y la final no despegaba. El último fue una décima antes del descanso, equilibrándose a una pierna y desde el centro de la pista. Exactamente igual que el que anotó con el Barça frente al Real Madrid en el primer partido de la final de la ACB hace once años. Era la prueba de que pocos estaban tan a gusto en la final como él. Si los dos triples fueron inesperados, su conexión con Shermadini no sorprendió. Ellos y Jaime Fernández fueron los que mejor empezaron en el día de exigencia máxima.

A Unicaja le sostuvo antes del descanso un factor que depende del deseo, la intensidad y la concentración. El rebote ofensivo fue el recurso que mejor supieron manejar los malagueños. Dispusieron de nueve posesiones más gracias a las capturas debajo del aro de los isleños. No fue necesario que ninguno de los héroes que apareció ante el Barça o el Madrid, y mira que fueron muchos, tuviera otro día superlativo. Díaz y Kalinoski dieron un aire nuevo al equipo cuando entraron en pista, pero lo que sumaba Unicaja en el rebote lo perdía con unos porcentajes de tiro muy flojos.

Si Huertas se había ido a los vestuarios a la carrera tras su triple volvió con el mismo grado de intensidad y acierto. Fue la respuesta inmediata y rotunda a una breve racha de acierto de Darío Brizuela (39-44). El base tomó el balón y dijo "aquí mando yo". Jugó e hizo jugar. Y eso que Ibon Navarro retiró a Perry y sacó a Alberto Díaz para frenarle. Nada. Se reencontró con Shermadini y anotó siete puntos consecutivos que impulsaron un parcial de 14-0 (53-44). Para cortar la hemorragia surgieron los exteriores del Unicaja. Kalinoski, que ya había mostrado su puntería, encontró el respaldo de Carter con diez puntos (60-60).

La final se adentró en el último cuarto con un duelo entre Huertas y Carter. El estadounidense, en blanco en los dos primeros cuartos, siguió sumando y encontró ayuda con sendos triples de Barreiro y Osetkowski. La mínima tregua que Vidorreta dio a Huertas le costó carísimo al Tenerife (69-77, min 37). El cupo de heroicidades del brasileño se había agotado. Y Unicaja en medio de la agonía de los tiros libres volvió a ganar una Copa 18 años después.

80. Lenovo Tenerife (16+23+21+20): Fitipaldo (3), Salin (7), Cook (3), Doornekamp (3) y Shermadini (20) -quinteto titular- Huertas (22), Fernández (16), Abromaitis (2), Guerra (4) y Rodríguez (0).

83. Unicaja (17+20+23+23): Perry (6), Carter (17), Barreiro (8), Ejim (3) y Kravish (8) -quinteto titular- Thomas (5), Osetkowski (9), Díaz (6), Brizuela (7) y Kalinoski (14).

Árbitros: Pérez Pizarro, Jiménez y Calatrava. Sin eliminados.

Incidencias: 11.458 espectadores en el Olímpico de Badalona. Partido correspondiente a la final de la Copa del Rey.