Polémica

Sylvan Adams, dueño del equipo Israel: "El País Vasco es un bastión de separatistas"

El dueño del criticado equipo de la Vuelta ha hablado con dureza de cómo está siendo la competición para su equipo

La Embajada israelí lamenta que se toleren las protestas en La Vuelta que llaman a la "destrucción" de Israel
Sylvan Adams ha sido muy duro contra los manifestantesEuropa Press

El equipo ciclista Israel, financiado por el empresario Sylvan Adams, ha decidido retirar la referencia directa a Israel de su nombre en la Vuelta a España. La medida llega tras las constantes protestas que acompañaron a la prueba en el País Vasco, donde la presencia del conjunto generó un fuerte rechazo. La situación alcanzó su punto álgido en Bilbao, donde no llegó a completarse la undécima etapa debido al clima hostil. Antes de tomar esta decisión, Adams ofreció unas declaraciones muy contundentes en las que explicó las razones de su postura y cómo vivió los acontecimientos.

"Una dosis de odio" nunca vista

Adams comenzó señalando que no le sorprendía del todo el recibimiento en el País Vasco, pues lo describió como un territorio donde se concentra una militancia crítica con el Estado de Israel. Según él, el País Vasco es conocido como “un bastión de activistas de extrema izquierda y separatistas a los que les gusta protestar”. Sin embargo, aclaró que lo que más le impactó no fue la protesta en sí, sino la intensidad y la magnitud del rechazo. En sus propias palabras, nunca había presenciado “tal dosis de odio”. Este arranque marcó el tono del resto de su discurso, donde trató de contextualizar lo vivido en Bilbao dentro de una narrativa más amplia.

En un segundo punto, Adams hizo referencia ETA, recordando que en su momento tejió vínculos con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). "Les recuerdo que en las décadas de 1960 y 1970, ETA operó y formó una alianza con la OLP. No nos sorprendió esta recepción tan poco amistosa", dijo,.

ETA y la OLP

La tensión que vivió el equipo quedó reflejada también en sus declaraciones posteriores. Adams relató que los dos días que pasaron en el País Vasco fueron “extremadamente difíciles”, una experiencia que, a su juicio, demostró que quienes se manifestaban no eran aliados, sino opositores declarados. Enfatizó esta distancia con una frase tajante: “No son nuestros amigos, eso seguro”. Su intención parecía ser subrayar el carácter de confrontación y la imposibilidad de diálogo que percibió en las protestas.

Uno de los elementos que más le llamó la atención fue la visibilidad de las consignas a favor de Palestina y contra el Estado de Israel. Según Adams, la carrera se convirtió en un escenario excepcional por la enorme cantidad de banderas y pancartas que inundaban las calles. Lo definió como algo nunca visto en el mundo del ciclismo, una movilización que calificó como “enorme, desproporcionada” y cargada de hostilidad. De nuevo, destacó la idea de excepcionalidad, insistiendo en que este episodio no tenía precedentes en las competiciones en las que había participado su equipo.

"Terroristas

El empresario canadiense-israelí fue incluso más allá al calificar directamente a los manifestantes como “terroristas”. En sus palabras, los acusó de ser “personas violentas”. "Llamo a este grupo violento terroristas, porque son personas violentas», subrayó Adams. «Los vascos tienen la mejor afición del mundo y es una pena que haya terminado así".

En la parte final de sus declaraciones, Adams lanzó una advertencia sobre las consecuencias de ceder ante las protestas. Argumentó que si su equipo se rendía a la presión, no solo significaría el fin de su propio proyecto, sino que sentaría un precedente que pondría en riesgo a otros equipos ciclistas asociados con países involucrados en conflictos o polémicas internacionales. !Si nos rendimos, no solo será el fin de nuestro equipo, sino de todos los demás. Mañana se manifestarán contra los equipos de Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Astaná. Los boicots no tienen fin»