Tour
Mendé promete batalla por la general
El Tour afronta este sábado un día clave en el Macizo Central tras otra etapa de mucho castigo entre el pelotón. La victoria en Saint-Étienne fue para Pedersen
Y, tras los Alpes, el Macizo Central. La localidad de Mendé acoge una etapa de media montaña que puede suponer algún cambio –no debería haber grandes hundimientos, pero sí se pueden abrir huecos– para la general. Una llegada que en los últimos años ha tenido bastante presencia en la carrera y que siempre ha deparado un buen espectáculo.
Después de varios días terribles –especialmente el pasado miércoles en el Col du Granon– y con el calor apretando en Francia, con sus consecuencias, la jornada de este sábado guarda una buena emboscada: el Col de la Croix Neuve, bautizada como «cima Jalabert». Una auténtica pared de tres kilómetros a más del 10% de media. Suficiente para que haya escaramuzas entre los favoritos.
Además, con un terreno previo propicio para guerra de guerrillas. El sitio idóneo para que una escapada numerosa haga camino y, si hay ganas de jaleo, lleve filtrados a varios corredores de equipos importantes para la general. Cuatro puertos de 3ª categoría y un continuo sube y baja debería ser más que suficiente para castigar las piernas antes del puerto definitivo. Por si todo lo anterior fuera poco, encima los ciclistas llegan con desgaste. Lo que parecía una etapa de relativa transición se convirtió este viernes en un día de muchísimo castigo. Sopló viento y se escaparon siete buenos «galgos» –luego se quedaron seis: Jorgenson (Movistar), Ganna (Ineos), Pedersen (Trek-Segafredo), Houle (Israel), Wright (Bahrain-Merida) y Küng (Groupama-FDJ)– que lograron una renta de apenas dos minutos con el pelotón. En teoría todo a favor de los sprinters. Pero a estas alturas de Tour está tan claro.
La etapa, para Pedersen
El BikeExchange montó una espectacular persecución frente a los escapados y cortó el pelotón en 50 pedazos, pero después de una hora de caza fallida, finalmente a 11 kilómetros de meta el propio Groenewegen se echaba la mano al pecho para informar por el pinganillo de que no era el día para él. Automáticamente, Jumbo tomó el mando del pelotón y pusieron velocidad de crucero hasta meta.
Entre los de la escapada, Pedersen desató las hostilidades y se llevó consigo a Wright y Houle, eliminando a la mitad del grupo. Después, de nuevo a palos entre ellos casi en cada repecho hasta terminar en un sprint a tres. Una vez ahí, se impuso la lógica y Mads Pedersen se hizo con la victoria. Un campeón del mundo que, visto que su punta de velocidad no le iba a permitir meterse en grandes sprints masivos, se está reciclando en un gran clasicómano y cazador de etapas. Este sábado, turno de nuevo para los hombres de la general.
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