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Majka gana en la cuna del Chava

El polaco aprovecha la inactividad de los favoritos para ganar en El Barraco

Majka celebra su victoria en El Barraco
Majka celebra su victoria en El BarracoManu BruqueEFE

Cuatro años llevaba sin ganar Rafal Majka, desde que lo hizo en La Pandera en la Vuelta de 2017. Cuatro meses hace que falleció su padre, al que le dedicó la victoria en El Barraco. Cuatro siglos parece que tardó el pelotón de los favoritos en entrar en meta, devorados por la rutina y el miedo.

«El trazado no ha sido el mejor para tener esa batalla que se esperaba», se excusaba Enric Mas en la llegada. El trazado eran 197 kilómetros con cuatro puertos de montaña, dos de primera, uno de segunda y otro de tercera a sólo cinco kilómetros de meta.

Es el terreno en el que se criaron ciclistas como Ángel Arroyo, Carlos Sastre y Chava Jiménez. Terreno para el ataque, para ciclistas ambiciosos y de pelea. Terreno desaprovechado una vez más.

«La etapa es un homenaje a Víctor Sastre», decía en la salida Diego Rubio. El ciclista del Burgos, nacido en Navaluenga, es uno de los «hijos» de la Fundación que lleva el nombre del padre de Carlos Sastre. «Es la cuna del ciclismo de Ávila, donde se han formado todos los grandes ciclistas de la zona», añadía el ciclista abulense. El lugar donde él dio sus primeras pedaladas con el modelo de Sastre y de Chava, una inspiración para las generaciones que llegaron después.

Pero el único del grupo principal que se atrevió a moverse fue Adam Yates. El británico lo intentó dos veces en los últimos kilómetros. En la primera se le pegaron a la rueda Enric Mas y Primoz Roglic. En la segunda le dejaron marchar y consiguió quince segundos de ventaja al final. Escaso premio.

No hubo más batalla. A los favoritos les dominan el miedo y la calculadora. Ninguno quería arriesgarse a hacer movimientos excesivos que pudieran dejarlos eliminados antes del segundo día de descanso. Esperan a que los Lagos comiencen el miércoles a ordenar la carrera.

El único homenaje al territorio y a los lugareños se lo hizo Rafal Majka con un ataque lejano. Quedaban más de cien kilómetros para la llegada cuando se marchó con Van Gils y con Fabio, aunque no tardó en quedarse solo con el italiano.

Aru necesita reivindicarse en su última carrera, pero tampoco consiguió seguir el ritmo del polaco. A Majka le gusta atacar desde lejos y en soledad. «No soy un corredor veloz, así que me conviene más una llegada en solitario», admitía después de su victoria.

Para eso vino a la Vuelta a España. En enero cambió de equipo, se marchó al UAE para ser uno de los apoyos de Pogacar en la montaña. Trabajó para él en el Tour y después compitió en los Juegos Olímpicos. A la Vuelta llegó sin pretensiones para la general, centrado en ganar una etapa y ya ha cumplido objetivos.

Cuando firmó por el UAE ya sabía que le tocaría trabajar para su líder, pero también estaba seguro de que tendría oportunidades. Y él ya ha demostrado que sabe aprovecharlas.

Ha ganado tres etapas en el Tour y dos veces el maillot de la montaña; en la Vuelta ha conseguido tres etapas y fue tercero en la edición de 2015. Pero ningún triunfo ha sido tan especial como éste. «La victoria era muy importante para mí. Mi padre falleció hace cuatro meses y quería dedicársela a él. Sólo pensaba en ganar y dedicarle la etapa».

Clasificaciones

General (Maillot Carrefour) Odd Christian Eiking (Intermarché)

Puntos (Maillot Skoda) Fabio Jakobsen (DeCeuninck)

Montaña (Maillot Loterías y apuestas del Estado) Romain Bardet (Dsm)

Joven (Maillot Fenié Energía) Egan Bernal (Ineos)

Equipos (Premio Correos) Ineos Grenadiers