Jesús Herrada prolonga la racha de victorias españolas en la Vuelta

«Ha sido un día tan duro que no me lo creo todavía», decía Jesús Herrada nada más cruzar la meta. El corredor del Cofidis liberaba las lágrimas y con la cabeza hundida entre las manos mientras su masajista se lo comía a besos. Acababa de conseguir la segunda victoria de su carrera en la Vuelta, un triunfo que dedica a su pareja, que cumple años al día siguiente, y que desafía a su naturaleza de escalador conseguido en un esprint reducido entre los cinco supervivientes que marcharon escapados casi toda la jornada.

«Es un poco por lo que ha costado la fuga, lo que ha costado estos días. No hay palabras. Ha sido liberar toda esa presión. Muchas veces se expresa así, sin palabras», decía para explicar su emoción después de la segunda victoria española en tres días.

Herrada era el cuarto en el grupo cuando arrancó la disputa. El quinto era Battistella, al que le costó más arrancar. Y ellos dos fueron los que se disputaron la victoria. Un esprint aparentemente ajustado en el que Jesús no tuvo dudas de que era el ganador nada más cruzar la línea de meta. «He visto llegar a Battistella muy rápido por la derecha, pero llegaba tarde», dice.

Tarde llegó también el pelotón para atrapar a los fugados. Los equipos de los esprínters habían llegado castigados después de la subida a San Glorio. Se esperaba más de esa subida, pero los favoritos no tenían cuerpo para la pelea pensando en lo que les viene el fin de semana y en la contrarreloj que les espera el martes después del día de descanso.

Sin embargo, los más de 22 kilómetros de ascensión sí hicieron sufrir a los cinco escapados. «Detrás han puesto un ritmo muy fuerte y parecía difícil de creer que podríamos llegar, pero nos hemos entendido muy bien y lo hemos conseguido», explicaba Jesús Herrada.

Por el camino se quedaron algunos de los velocistas. Sí aguantó Sam Bennett, el líder de la regularidad, que ganó el esprint del grupo sin dificultad. Pero su equipo no tenía fuerzas para reducir a los escapados. Y, por delante, Jesús Herrada se permitió disfrutar del triunfo en una carrera en la que ya fue líder durante dos días en 2018. Esas dos jornadas vestidos de rojo y su triunfo de etapa en 2019 eran sus momentos de gloria en una carrera adornada por alguna victoria más y que se vio un poco frenada por la pandemia. Jesús y su hermano José, aunque no dieron positivo, fueron de los primeros afectados por el covid. Los positivos detectados en el Tour de Abu Dabi en los primeros días de marzo de 2020 obligaron a su suspensión. Y allí estaban los hermanos Herrada con su equipo, confinados y sin un plan de huida que les permitiera regresar a España. Aquellos días se les hicieron largos, aunque todo acabara saliendo bien y apenas unos días después se declarara el confinamiento forzoso en el territorio español.

Aquello pasó y ahora el pequeño de los Herrada, que ya ha cumplido los 32 años, disfruta de un buen momento. Ya nunca será aquel corredor en el que confiaban en Movistar para asumir el liderato del equipo en alguna de las grandes Vueltas. La suya ahora es otra pelea, conseguir importantes victorias parciales y ¿por qué no? ser campeón de España otra vez. Ya lo fue en 2013 y los dos últimos años ha tenido que conformarse con la plata.

Ahora disfruta de su victoria, del placer de volver a subir al podio de la carrera española. De la alegría de llorar porque ha ganado y porque unas horas después su pareja cumple años.

La remontada del ciclismo español

La victoria de Jesús Herrada llega dos días después de la de Marc Soler. Una frecuencia inusitada de triunfos españoles después de dos años de sequía. «Me pedís que el siguiente en ganar sea yo y ojalá llegue una victoria mía en esta Vuelta ahora que parece que el ciclismo español está remontando y es lo que importa», reconocía Enric Mas después de cruzar la línea de meta. El balear es tercero en la general y espera mejorar su situación en la general con las dos etapas asturianas del fin de semana. Aunque aún no haya estudiado cuál de las dos le conviene más. «No he mirado nada», reconoce.