Vuelta a España

Rui Costa hace un elogio de la vejez en la Vuelta a España

El portugués se impuso en la meta de Lekunberri a Buitrago y a Kamna. Evenepoel lo volvió a intentar, pero se quedó a medias

LEKUNBERRI, 10/09/2023.- El portugués Rui Costa del equipo Intermarché-Circus-Wanty gana la 15ª etapa de La Vuelta que transcurre entre Pamplona y Lekunberri. EFE/Manuel Bruque
Rui Costa entra vencedor en la meta de LekunberriManuel BruqueAgencia EFE

Rui Costa gana a los 37 años en la Vuelta y reivindica el papel de los «viejos», de veteranos que conocen el oficio y que son capaces de imponerse a jóvenes como Kamna y como Buitrago en la llegada a Lekunberri.

El portugués esperó su momento, sin dar una pedalada de más, como es costumbre, y aprovechó su triunfo para hacer un elogio de la vejez. «Cuando toca la hora de renovar hay veces que es complicado porque la gente se echa para atrás por la edad. No todos los equipos piensan como Intermarché y les agradezco la oportunidad de haber firmado», dice.

Otros equipos desprecian la veteranía de corredores como Rui Costa, el hombre que ganó el Mundial de Florencia a Purito y a Valverde. Pero han pasado ya diez años y la juventud aprieta. «Los jóvenes vienen con mucha fuerza. La preparación que tienen es diferente a la que tenía yo que con 21 o 22 años no tenía un nutricionista ni un preparador», explica.

Pero su rendimiento da la razón al equipo. Ganó en su estreno en la temporada, en la Challenge de Mallorca y después se impuso en la Volta a la Comunidad Valenciana antes de caer enfermo y complicarse la preparación para el Tour, al que no llegó en su mejor momento. Esa casualidad es la que le hizo variar su calendario y competir en esta Vuelta que no tenía previsto correr.

Los rivales no eran fáciles. No sólo Buitrago y Kamna sino los que marchaban antes con él en la fuga promovida, cómo no, por Evenepoel. El espíritu insumiso del belga le obliga a no estarse quieto. Además, ahora tiene la motivación del maillot de la montaña, su oportunidad de subir al podio, y que aspira a mantener hasta Madrid.

Remco lo intentó desde el comienzo, pero no pudo marcharse hasta que comenzaron las rampas del puerto de Lizarraga, el primero de la etapa. Buitrago fue el primero en unirse a él y después, Juanpe López. El grupo fue creciendo hasta que se unieron Vingegaard y Soler. A Jumbo le molestaba la presencia del español y no descansó hasta echar abajo la fuga.

Lo bueno de Evenepoel es que es insistente y parece no tener fin. Aunque lo tiene. Volvió a intentarlo y esta vez fue Rui Costa el primero en pegarse a su rueda. Después vinieron muchos más de los que al final sólo quedaron Kamna, Buitrago y el portugués. El alemán tuvo el mérito de reengancharse a la pelea después de una caída en el descenso.

Evenepoel no pudo más en el ascenso al último puerto, el de Zuarrarrate, y tuvo que olvidarse de la segunda victoria consecutiva. En sus piernas descansa la posibilidad de que haya espectáculo en esta Vuelta. Era el único hombre que parecía capaz de discutir el dominio de los Jumbo en la carrera. Le fallaron las piernas camino del Tourmalet, pero le sobra el espíritu.

Son muchos los rivales de Jumbo que echan de menos a Evenepoel en la lucha por la general. Es valiente para mover la carrera y los demás se sentirían aliviados sabiendo que alguien iba a asumir la responsabilidad de los ataques. Pero el equipo neerlandés ha neutralizado la carrera y nadie parece incomodarle. Cuando uno de los rivales, como hizo Soler, se atreve a atacar para discutir su hegemonía responde aunque en el mismo grupo lleven al ganador de los dos últimos Tours. Kuss espera tranquilo su momento mientras deja que Rui Costa presuma de victoria y reivindique a los mayores.