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F-1

Aston Martin revela las claves de la revolución Newey: así ha cambiado la escudería

Los cambios que el ingeniero ha provocado en el equipo de Silverstone va mucho más allá de su excelencia técnica

Adrian Newey en Silverstone @AstonMartin

El fichaje de Adrian Newey por Aston Martin ha sido uno de los movimientos más ilusionantes de la Fórmula 1 en los últimos años. El adiós oficial de Newey para desembarcar en el equipo de Fernando Alonso, supuso el fin de una era para Red Bull y una esperanza para los de Silverstone que no acaban de dar con la tecla para mejorar el rendimiento de su monoplaza.

Han pasado un poco más de 40 años desde que Adrian Newey dio sus primeros pasos en esta industria con el proyecto March IndyCar. Y ahora, ya con 65 años de edad, el ingeniero inglés afronta uno de los últimos retos de su carrera en la Fórmula 1, con la vista puesta en el nuevo reglamento de 2026, posiblemente el más complejo y sofisticado en la historia

Al margen del sueldo y el ofrecimiento de una pequeña parte del accionariado de la compañía, lo que enamoró a Newey es el reto que representa Aston Martin. Sus nuevas instalaciones y el nuevo túnel de viento, el más moderno de la Fórmula Uno, eran ingredientes más que apetecibles. El compromiso, el entusiasmo y la persuasión de Lawrence Stroll fue lo que le hizo renunciar a Ferrari y decantarse por Aston Martin pero hay un dato demoledor que sin duda fue una razón de peso. Cobra mucho más que 18 pilotos de la parrilla. Tan sólo Werstappen, Hamilton, y Lecrerc le superan.

Stroll le ofreció un salario anual de 30 millones de libras (unos 36 millones de euros), una cantidad asombrosa. Esta cifra le permitirá al piloto de 66 años ganar más de 4.000 euros por hora. Sin embargo, en el equipo verde dan por buena la inversión a tenor del cambio positivo que ha producido en la escudería.

Una influencia brutal

Desde que se unió al equipo de Fórmula 1 de Aston Martin en marzo, Adrian Newey ha mantenido un perfil bastante bajo, con solo una aparición en carrera hasta ahora en el Gran Premio de Mónaco pero su influencia en el equipo ha sido determinante.

Aunque el equipo ha sido claro en que su prioridad es lograr un diseño de auto para 2026 que pueda impulsarlo a lo más alto de la parrilla, sería un error pensar que simplemente se ha encerrado en su oficina con su tablero de dibujo y que no lo volverán a ver hasta que el AMR26 llegue a la pista.

Su influencia no se limita a futuros diseños, sino que ha impregnado toda la estructura del equipo de Silverstone desde su llegada, según revela Andy Cowell, director del equipo, en una entrevista exclusiva con The Race.

“No se trata sólo de tener una fábrica y herramientas. Se trata de tener gente que trabaja bien junta como equipo. Adrian establece objetivos ambiciosos y no teme exigir lo máximo, lo que motiva a todos a esforzarse más”, afirma Cowell.

Esta filosofía implica desafíos constantes. Según Cowell, Newey no acepta un simple “suficientemente bueno”: “Adrian no entiende la frase ‘eso está bien así’. Todo siempre se puede mejorar”.

Según revela Cowell, el efecto Newey se ha extendido por toda la fábrica de Silverstone de muchas maneras diferentes y ya ha comenzado a generar expectativas para quienes lo rodean, y son bastante elevadas.

Cowell dice que los estándares ultra altos de Newey han servido para fortalecer a quienes lo rodean, incluso si eso significa exigirle más que nunca para cumplir.

"Adrian no le facilita el trabajo de ingeniería a nadie en la fábrica", añade Cowell. "Todo se ha visto limitado. Adrian dice: 'Deberíamos intentar lograr esto, esto y esto y esto y esto y esto. Y sé que no todo encaja, pero encontraremos la manera. Y eso me encanta.

Personalmente, me encanta ese enfoque de ingeniería, porque si lo logras, crearás una máquina más capaz que la de tu oponente, ya sea un motor de mi vida anterior o el auto de carreras actual. Y necesitas gente con esa mentalidad, esa ambición".

Una de las áreas en las que Aston Martin dijo el año pasado que tenía carencias era en su conocimiento externo a la hora de evaluar comparativamente sus instalaciones y procesos. "Sabe lo que se debe mejorar y sabemos en qué dirección empujar para ir hacia la buena dirección. Pero no sabíamos cuanto, aunque Adrian sí porque supo establecer el objetivo al que teníamos que llegar", señala.

El conocimiento de Newey sobre las fortalezas y debilidades de las herramientas de Aston Martin es valioso porque es muy práctico.

Paralelamente, Cowell comenta en 'The Race' que Newey también es un líder. Para seguir reclutando talento al equipo británico, formar a los jóvenes que tomarán su testigo y buscando inspirar a un equipo que afrontará un reto mayúsculo en 2026: pasar a ser un equipo oficial, dar un salto más y luchar por una corona ante los grandes de la categoría.

"Se forman grupos de ingenieros con Newey. Le verás observando a una pantalla con otros miembros del equipo, queriendo descubrir todo, discutiendo sus experiencias y transmitiendo energía. El entusiasmo que les da a todos es mayúsculo para todo lo que queremos hacer", sentencia Cowell.

Un liderato que ya subrayó Fernando Alonso tras el GP de Mónaco. El fichaje estrella de la fórmula 1 anunció que su icónica libreta haría acto de presencia en Montecarlo, realizando así su primera aparición competitiva desde su fichaje. A partir de ahí todo ha ido a mejor y la clave puede estar en el detalle que desveló Fernando Alonso y que ha sido determinante en el equipo verde.

El bicampeón del mundo afirmó en una declaraciones recogidas por Motorsport que la presencia del ingeniero «fue algo fantástico». «La forma en que ve las cosas en el coche, incluso estáticamente en el pit-lane o en la parrilla, también en el garaje, detecta algunas cosas que podríamos haber hecho mejor o hacerlo mejor en el futuro» añadió.

"Ahora nadie miente"

Pero más allá de su innegable calidad técnica el asturiano ha revelado que es mucho más que un ingeniero y que es capaz de cambiar las cosas solo son estar. «Su presencia en la sala de reuniones es especial. Y creo que no es intimidante, pero el nivel del equipo fue más alto gracias a su presencia porque todos estaban más concentrados, más en los detalles del coche», afirmó.

De hecho, Alonso revela que notó que la información dada en las reuniones era más precisa y fidedigna. «Ahora nadie miente. Las personas que estaban hablando en la reunión sabían que no podían decir nada demasiado alejado de la verdad porque él lo detectaría de inmediato» sentencia.

El asturiano sabe que no disfrutará de Newey en muchas más carreras esta temporada pero lo ocurrido en Mónaco y lo que ve en la fábrica le da alas para soñar con el próximo curso.