Fútbol

Cuando “el 7 de España” alcanzó a la Saeta Rubia

Raúl igualó a Di Stéfano como máximo goleador de la historia del Real Madrid con un tanto en el campo del Numancia

Raúl González celebra con Marcelo uno de sus goles en el Bernabéu
Raúl González celebra con Marcelo uno de sus goles en el Bernabéularazon

Corría el otoño de 1999. Fernando Hierro estaba a punto de alcanzar a Emilio Butragueño como máximo goleador de la historia de la Selección española. Los 26 tantos del Buitre entre 1984 y 1992 habían roto registros históricos de mitos de todas las generaciones: Lángara, Zarra, Di Stéfano… El futbolista malagueño le añadía el mérito adicional de ser un defensa, a lo sumo un pivote, pero sabía que su récord iba a durar muy poco. «Es algo anecdótico, porque detrás viene un Ferrari que nos va a superar a todos». Se refería, claro, a Raúl González Blanco quien, a sus 22 añitos de entonces, ya se labraba su lugar en la historia.

La carrera de Raúl es de sobras conocida. Criado en la cantera atlética, fue eyectado hacia el Real Madrid en 1992 por la errática política de la familia Gil. Sus cinco goles a los majoreros del Corralejo en su debut en Segunda B fueron el motivo por el que Jorge Valdano le dio la alternativa con el primer equipo antes de cumplir la mayoría de edad, en el campo del Zaragoza. Sentó a Butragueño para vestirlo con «su» 7, el dorsal que lo acompañaría toda la vida y, tras un estreno desafortunado en La Romareda, marcó su primer gol en categoría profesional en su primer partido en el Santiago Bernabéu… en un derbi contra sus excompañeros del Atlético. Luego, vendrían trescientos y pico más.

Tres lustros después, después de haber sido actor principalísimo en la conquista de seis Ligas y tres Champions, Raúl lideraba a un Real Madrid de entreguerras apenas armado para plantar cara el primer Barcelona de Guardiola, aquel fastuoso equipo del sextete. Destituido Bernd Schuster, Juande Ramos había revitalizado al equipo, que llegó a Soria en medio de una racha que alargaría hasta las diez victorias. En Los Pajaritos, el capitán madridista abrió el marcador con uno de esos goles feos, ratoneros, de puro instinto… un típico gol de Raúl: Higuaín largó un zurdazo al muñeco, repelió con dificultades el portero del Numancia, Juan Pablo, y remachó con la punterita el más listo, que pasaba por ahí. El Ferrari había atropellado, ni más ni menos, que a Alfredo Di Stéfano.

Raúl todavía alargaría otra temporada su carrera como madridista, en la que le dio tiempo a llevar el récord hasta los 323 goles y a darse cuenta de que su plusmarca duraría mucho menos que los más de cuarenta años que estuvo vigente la de Di Stéfano, ya que durante su último verano en el club fue fichado –y eligió el dorsal 9 como deferencia al mito– Cristiano Ronaldo. En poco más de seis temporadas, el crack portugués superó la cifra que su predecesor había alcanzado en quince campañas. El madrileño había disputado 741 partidos oficiales con el Real Madrid. CR7 marcó su 324º tanto en sólo 310 encuentros y elevó la plusmarca hasta unos estratosféricos 450 goles. Karim Benzema, al ritmo que lleva, adelantará ya mismo a Di Stéfano y la próxima temporada alcanzará a Raúl si nada se tuerce. A su socio de Madeira, que se olvide, no lo cogerá ni en tres vidas.

El récord de Raúl como máximo goleador de la Selección española tampoco duró mucho. Cuando Luis Aragonés dejó de convocarlo en 2006, el delantero madrileño llevaba 44 dianas en 102 internacionalidades con España. La marca de los 26 tantos de Butragueño había quedado atrás en el partido contra Sudáfrica de la fase de grupos del Mundial de 2002, la segunda de las tres Copas del Mundo que disputó. En Alemania 2006, contra Túnez, celebró su último gol con la camiseta roja. En ese torneo ya se estaba revelando David Villa, autor de tres tantos –llevó su cuenta como internacional de dos a cinco– en los campos teutones y ariete del ciclo virtuoso de España que empezaría en la siguiente Eurocopa. El «guaje» logró sus tantos 44 y 45 con la Selección en marzo de 2011, con un doblete en Los Cármenes frente a la República Checa. Se retiró con 59 goles en 98 partidos internacionales.