Segundo mandato
Un aplauso para reelegir a Infantino
Fue elegido por aclamación para su segundo mandato como presidente de la FIFA. Eso le evitó recibir el voto negativo de Alemania
Un aplauso bastó para que Gianni Infantino fuera reelegido como presidente de la FIFA en el congreso que celebra en Kigali, la capital de Ruanda. Los estatutos permiten que, cuando sólo hay un candidato a la presidencia, pueda ser elegido por aclamación. Y, amparándose en esa normativa, el jeque Salman Bin Ibrahim Al Khalifa, presidente de la confederación asiática y vicepresidente de la FIFA, solicitó un aplauso del Consejo para reelegir a Infantino.
Una votación que evitaba así incómodas negativas a la reelección del mandatario suizo como la de la Federación alemana. La decisión de no apoyar a Infantino ya la anunció el presidente de la Federación alemana, Neuendorf, en noviembre, cuando comenzaba el Mundial de Qatar, que se convirtió en el principal punto de fricción entre ellos. Que no tomara posición respecto a lo que sucedía en Irán tampoco mejoró la relación.
«Hemos organizado la mejor Copa del Mundo de la historia», dijo Infantino en su discurso ante el Congreso de la FIFA. Presume, además de haber multiplicado por cuatro los ahorros de la organización durante su gestión. Ha pasado de tener una reservas de 1.000 millones de dólares a 4.000 millones.
Pero se olvida de «pequeños detalles», como el respeto a los derechos humanos por los que luchan la Federación alemana y otras como la noruega.
La censura aplicada por la FIFA durante el Mundial en Qatar agravó las diferencias con la Federación alemana. «La carta [de Infantino] en la que decía que los derechos humanos no deben jugar un papel y debemos centrarnos en el fútbol, nos irritó considerablemente», aseguraba Neuendorf antes de ia inauguración del Mundial. «También hubo otras cosas que nos irritaron de la FIFA, como la prohibición del eslogan de la camiseta danesa porque estaba escrito ‘‘derechos humanos para todos’’», añadía. Después prohibiría el brazalete con los colores arcoíris y la palabra amor en inglés (love), que muchas selecciones pretendían lucir con la amenaza de mostrar una amarilla al capitán del equipo antes de empezar el partido.
«En Qatar los estadios fueron excelentes, la infraestructura perfecta, cero incidentes. Alguno podría decir que fue porque la gente no bebía alcohol, no se sabe, pero fue un torneo muy pacífico. Asumimos nuestra responsabilidad con cuestiones de derechos humanos y el legado que dejamos en Qatar», se defendió Infantino, que afirma apostar por la igualdad en este nuevo mandato. «Como padre de cuatro hijas preciosas, creo que debemos prestar gran atención a las mujeres», dice.
Y, como si fuera una Miss en un concurso de belleza, no se olvidó de pedir la paz mundial. «Continuaré esforzándome para que juntos podamos unir al mundo a través del fútbol», asegura.
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