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Un penalti fantasmagórico evita el triunfo del Atlético ante el Levante

Marcaron Griezmann y Cunha para los rojiblancos (2-2). Bardhi hizo un doblete desde los once metros, el segundo tras una mano muy polémica

Bardhi ha marcado los dos tantos del Levante de penalti
Bardhi ha marcado los dos tantos del Levante de penaltiBiel AliñoEFE

El Atlético de Madrid jugó un mal partido, pésimo, en el campo del Levante pero ello no le habría impedido ganar de no haber mediado una increíble decisión arbitral en los minutos finales, un penalti decretado por el árbitro a instancia del VAR que permitió que el conjunto valenciano, atornillado en la penúltima plaza, arañase un punto con el que ya ni soñaba desde que Cunha marcó su primer gol con la camiseta rojiblanca.

En la casa de quien aún no conocía la victoria, se le presentaba al campeón una ocasión pintiparada para yuxtaponerse con los tres perseguidores del líder y esos veintiún puntos que Real Madrid, Sevilla y Betis lucen tras la Real Sociedad. El comienzo, así no podía ser más alentador porque Griezmann acertaba con la portería local en la primera ocasión, un córner mal defendido por el Levante que, en segunda jugada, el francés acertó a cabecear a la red. No se sienta el Principito en la mesa de los mejores del mundo, ni mucho menos, pero comienza en su regreso a sumar aportaciones contables que todavía no ha ofrecido, pongamos por caso, un Joao Félix.

Era la situación ideal para Simeone, un gol tempranero de renta frente a un anfitrión agobiado, y se entregó el entrenador argentino a ese fútbol minimalista que tanto le mola: innúmeros toques sin trascendencia alguna en el centro del campo a la espera de que adversario se canse y conceda espacios para que el terceto de atacantes colchoneros liquide el pleito. Vano afán, porque el Levante hizo la bolita y esperó su ocasión, la que le brindó Luis Suárez al final del primer tiempo. Delantero que defiende equivale a ruina y trabó el goleador uruguayo a Vezo en el área. Penalti sin discusión que Bardhi convertía en el empate.

Esta mano fue interpretada como penalti por el colegiado
Esta mano fue interpretada como penalti por el colegiadoMovistar LaLiga

El paso atrás, indisimulado y desacomplejado, ordenado por Simeone tras el 0-1 era complicado de revertir. La actitud sobre el campo no se varía con un interruptor y la segunda mitad transcurría por derroteros narcóticos, sin que ninguna de las dos escuadras inquietase al portero rival. No pasaba nada, excepto que el Cholo y Javier Pereira se embarcaron en la espiral de cambios propia del fútbol post-pandémico. No pasaba nada, o sea, excepto un entrar y salir de futbolistas sin más consecuencia que detener un ritmo ya de por sí cansino.

Dos de los recambios del Atlético, sin embargo, armaron la acción que debería haber decidido el encuentro. Dos fichajes también, como Griezmann, en palmaria demostración de que la campaña estival no fue del todo mala. Rodrigo de Paul, por ahora ni chicha ni limoná, irrumpió por el carril central y conectó con Cunha, de quien aquí apenas sabemos que ganó el oro olímpico en Tokio contra España. No fue un pase limpio, en absoluto, pero el rebote en un defensa dejó al brasileño solo ante Aitor Fernández, al que batió con un tiro seco entre las piernas. Era el gol de la victoria, de no haber mediado la injerencia del árbitro de vídeo.

Estrada Fernández, asistente VAR, vivía una noche de lo más plácida. Se aburría, el hombre, y decidió intervenir en una jugada que nadie había protestado, un remate a ninguna parte de De Frutos que tocó levemente el brazo de Lodi. Con la complicidad de González Fuertes, el peor árbitro de la categoría, vivió su minuto de gloria: ni el más fanático de los forofos granotas pidió el penalti que entre ambos se sacaron de la manga para que Bardhi fijase el 2-2 final. Muy solvente el macedonio a balón parado, eso ya se sabía, e infalible desde los once metros. Suyos fueron los dos tantos que frustraron a un campeón que esta vez sí tiene motivos para llorar.