Abusos

De las bofetadas al estrés postraumático "globalmente elevado": el demoledor auto de procesamiento de Dani Alves

El brasileño ha sido citado mañana por la jueza que le expondrá sus argumentos y tendrá la opción de volver a declarar

Dani Alves
Dani Alves volverá mañana al juzgado tras su procesamientoArchivo

La jueza de instrucción número 15 de Barcelona dictaba ayer auto de procesamiento por un delito de agresión sexual con acceso carnal (violación) al exfutbolista Dani Alves, al concluir que hay indicios para enviarlo a juicio por abusar de una joven en la discoteca Sutton de Barcelona. Además le ha impuesto 150.000 euros de fianza para cubrir una eventual indemnización a la víctima, que ya renunció a ella tras presentar la denuncia.

En un auto, la titular del juzgado ha dado por finalizada la investigación que se ha alargado durante seis meses y ha citado a Alves mañana para notificarle su procesamiento, paso previo a enviar el caso a juicio. Como es preceptivo, la magistrada ha citado al futbolista, en prisión preventiva desde el 20 de enero, para una declaración indagatoria, en la que le notificará su procesamiento y le dará ocasión de alegar lo que considere oportuno antes de que el caso vaya a juicio.

Indemnización de 150.000 euros

Sin embargo, pesar de la insistencia de Alves en que hubo sexo consentido y que incluso, en varias ocasiones preguntó a la víctima si le estaba gustando, no lo tendrá fácil. El auto de procesamiento es demoledor. En su escrito, la jueza ratifica la situación de prisión provisional para el exfutbolista brasileño y acuerda imponerle una fianza de 150.000 euros para cubrir una eventual indemnización a la víctima, con la advertencia de que si no la abona en un plazo de 24 horas procederá a embargar sus bienes en la cantidad suficiente para cubrirla. Además, según detalla la jueza en su auto, debido a la agresión sexual, la víctima, de 23 años de edad, sufre un trastorno de estrés postraumático de intensidad "globalmente elevada".

Un auto demoledor

En el auto, según adelantó El Periódico, la juez precisa que, esa noche, la joven, junto con una amiga y su prima, se dirigieron a la discoteca Sutton. Accedieron a la sala central y después a la zona VIP, junto con un grupo de chicos mexicanos. Un camarero les dijo que se cambiaran de mesa porque un cliente quería invitarles a una consumición. No hicieron caso, pero el empleado del local insistió. "Un amigo mío quiere que estéis allí". Al final, accedieron y se trasladaron a la mesa donde se encontraban Alves y un amigo, Bruno. El futbolista - según expone la magistrada- estuvo balilando "muy junto" con las tres jóvenes. Hasta en dos ocasiones, incide la magistrada, el jugador cogió la mano a la denunciante y se la puso en el pene. Ella retiró las dos veces la mano.

Poco después, según el auto, Alves llamó a la víctima para que fuera hacia un pequeño pasillo que comunica con un reservado y donde hay un minúsculo baño. La joven no sabía qué había allí y al entrar en el habitáculo se dio cuenta de que era un lavabo. El jugador cerró la puerta, prosigue la resolución, y "tiró con fuerza de ella hacia su cuerpo". A pesar de que la denunciante le repetía que parara, el futbolista hizo caso omiso. La tiró al suelo y como la joven se negó a hacerle una felación, se "enfureció y le pegó varias bofetadas en la cara". Después, mantiene la jueza, "la penetró violentamente".

Ya en la última ocasión en la que la Audiencia de Barcelona denegó su puesta en libertad los magistrados alegaron que las pruebas no "solo no desvirtuaban el testimonio de la víctima sino que lo confirmaban".

Asimismo, los forenses han certificado -según recoge el auto- que la joven padece un trastorno de estrés postraumático de intensidad "globalmente elevada con repercusión funcional y deterioro en varias áreas de funcionamiento".

Y es que la joven vive un calvario desde la misma moche que se produjeron los hechos. "Su sintomatología ya no es de una mujer que ha sufrido una agresión sexual sino que aquí se suma una presión mediática, es decir, es un plus en esta sintomatología traumática" alertó su abogada ante los continuos intentos del brasileño por desmontar su relato y minar su credibilidad -el mayor temor de la joven-.

La joven de 23 años, está bajo tratamiento psiquiátrico desde el episodio y evita seguir las noticias. “Está recibiendo apoyo psicológico a través de una entidad pública especializada en el tratamiento de víctimas de violencia”. El hospital le recetó todo un tratamiento encaminado a evitar cualquier tipo de enfermedad infecciosa, porque el futbolista no usó preservativo. Además, tiene un tratamiento farmacológico con ansiolíticos para poder dormir, pero me dijo que no ha podido desde que prestó declaración” desvelaba en su día la letrada.

En el informe presentado en el Juzgado de Instrucción 15 de Barcelona, se relatan las serias secuelas que sufre la joven desde que pasaron los hechos como miedo, asco o "angustia". Se trata de afectaciones "graves" que ahora se recogen en el auto.

"Llanto, asco y ataques de pánico"

La joven continúa de baja laboral y acude dos veces al mes a una asociación especializada en atender a víctimas de de violencias sexuales y machistas. En su visita al médico forense, a la que acudió con su madre, aseguró sentir “rabia”, “tristeza” y “asco” al recordar lo que ocurrió. Además, mencionó la angustia que siente porque a menudo se cuestionan sus palabras y su miedo a salir a la calle por si algún detective contratado por Alves o su equipo legal la estuviera siguiendo, lo que podría terminar dando a conocer su identidad. Asimismo, según el citado informe, rememorar los hechos le provoca un “llanto incontrolable” y ataques de pánico.

Esta sintomatología traumática recogida en el auto de procesamiento es los que los expertos definen como el síndrome de trauma por violación o RTS.

¿Pero que es el RTS?

Se trata de trauma psicológico experimentado por una víctima de violación que incluye interrupciones en el comportamiento físico, emocional, cognitivo e interpersonal normal. La teoría fue descrita por primera vez por la enfermera Ann Wolbert Burgess y la socióloga Lynda Lytle Holmstrom en 1974.

El RTS es un conjunto de signos, síntomas y reacciones psicológicos y físicos comunes a la mayoría de las víctimas de violación inmediatamente después de una violación, pero que pueden prolongarse durante meses o años después con altos niveles de angustia..

La Red Nacional de Incesto y Abuso de Violación de Estados Unidos afirma que, en la mayoría de los casos, la etapa aguda de una víctima de violación puede clasificarse en una de estas tres respuestas: expresada ("Puede parecer agitado o histérico, y] puede sufrir episodios de llanto o ataques de ansiedad "); controlado ("el sobreviviente parece no tener emociones y actúa como si 'no hubiera pasado nada' y 'todo está bien'"); o conmoción / incredulidad ("el superviviente reacciona con una fuerte sensación de desorientación. Puede tener dificultades para concentrarse, tomar decisiones o realizar tareas cotidianas).

El síndrome de trauma por violación puede causar angustia severa a las víctimas. Pueden tener sueños recurrentes sobre el incidente y tener flashbacks (como ha admitido la víctima en sus propias declaraciones ante los mossos y ante la juez). Puede que no dejen de recordar el incidente, y quedará grabado en su memoria para siempre. Los episodios frecuentes provocan una incapacidad para concentrarse y recordar otras cosas. Las víctimas también pueden enfrentarse al retiro y al aislamiento.

Entre los síntomas más comunes se encuentran:

Entumecimiento.

Funciones sensoriales, afectivas y de memoria atenuadas.

Contenido de pensamiento desorganizado.

Vómitos

Náuseas.

Ansiedad paralizante

Temblor interno pronunciado.

Obsesión por lavarse o limpiarse.

Histeria , confusión y llanto.

Desconcierto.

Sensibilidad aguda a la reacción de otras personas.

Cristóbal Martell, abogado de Dani Alves, ha asegurado este martes que el exfutbolista brasileño se encuentra "muy fuerte, entero", tras ser procesado por un delito de agresión sexual y mañana será trasladado al juzgado conducido por los Mossos d'Esquadra desde la cárcel de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona).