Opinión

El Madrid, el Atlético y el sentimiento de pertenencia

El resto del planeta seguiremos aspirando sólo a ganar de vez en cuando

Los aficionados madridistas abarrotaron Cibeles
Los aficionados madridistas abarrotaron CibelesManu FernandezAgencia AP

El grado de pertenencia a un equipo de fútbol varía enormemente en función de las personas. Muchos son seguidores del equipo de su ciudad. Es sencillo, pilla cerca y es fácil tener más empatía con los mas próximos. La mayoría de las veces, el arraigo suele tener un vínculo familiar. Abuelos y padres que llevan al estadio a sus hijos/as o nietos/as para inculcarles una pasión por unos colores y poder compartir con los más cercanos las alegrías y las tristezas de turno. Normalmente más alegrías que tristezas. Nadie puede negar que si hay un equipo del que es fácil hacerse seguidor es el Real Madrid. Uno tiende a elegir la camiseta cuando es niño y a los niños lo que les gusta es ganar.

Con Simeone al frente del Atleti, debido a los éxitos cosechados, era fácil ver a más chavales con la elástica rojiblanca que cuando el discurrir del equipo en Segunda División. La generación que se hizo colchonera en la primera década de los 2000 es, sin duda, la que más mérito tiene en la historia del club, pero fue una elección de la que se sentirán orgullosos el resto de su vida. Y en la elección está la clave.

El Madrid siempre será el club mas laureado de la historia, pero ya lo era hace muchas décadas y aún así hay gente que decidió no escoger el camino del que siempre gana. Muchos de nosotros, la gran mayoría, volveríamos a tomar la misma decisión cada vez que nos dejasen hacerlo, independientemente de las veces que se levante un trofeo y se engorde el palmarés.

El Real Madrid está de enhorabuena una vez más. Ganar la Champions de la manera en que lo ha hecho, con todo lo de las remontadas y demás, ya debería ser motivo de celebración más que suficiente como para no estar pendiente de las felicitaciones externas vengan éstas de dónde vengan. La fiesta y el disfrute tienen que estar al margen de la búsqueda de polémicas por motivos que bastante poco importan a estas alturas de la película.

Es tremendamente llamativo como se busca el permanente reconocimiento externo para quien siempre lo ha tenido todo, aunque se intente convencer al personal de lo contrario. Disfruten ustedes, amigos madridistas, que el resto del planeta seguiremos aspirando a ganar de vez en cuando.