Luis Enrique y el debate de la tortilla con o sin cebolla

Hace ya tiempo que un buen amigo decidió responder: «A mí me gusta el tenis», cuando alguien le pregunta de qué equipo es. Y si ve que la cosa se complica mucho añade: «Soy de Roger Federer», para cerrar cualquier vía de agua lanzando sobre la mesa el paradigma de la neutralidad. Y es que la preguntita, además de dar una pereza brutal, es sólo una excusa para dar paso a una polémica que a algunos nos agota.

Resulta que en estas últimas horas han aparecido cientos de hinchas del Athletic que recriminan a Unai Simón haber parado dos penaltis para clasificar a España y hasta piden que no vuelva a jugar en San Mamés. En fin, que el paleolítico no está tan lejano como pensábamos.

Si esta selección fuese una tortilla Luis Enrique sería la cebolla, ese elemento que algunos ven indispensable en la receta de nuestro plato más célebre, y otros lo consideran el mayor ataque a una obra de arte desde lo que hizo aquella señora con el Ecce Homo de Borja.

Esos dos bandos de la guerra culinaria se replican ahora que la selección ya está en semifinales cuando pocos lo esperaban. Como España es así, la pregunta ahora es si quieres que gane o no esta selección de Luis Enrique, que viene a ser lo mismo que de qué equipo eres pero dando un rodeo. Por suerte, cuando el balón rueda y llega la emoción, el 99% grita el gol cuando Oyarzabal mete el penalti decisivo. Nadie está esperando a nadie, es sólo el resultado, que es el que manda.