Final de la Copa del Rey
La fábrica de zurdos del Barcelona: así es Gerard Martín, lateral izquierdo en la final de Copa contra el Real Madrid
El disciplinado Gerard Martín jugará la final de Copa contra el Real Madrid en el lateral izquierdo por la ausencia de Balde. Los dos se formaron en el Sant Gabriel
Hansi Flick llega a la final de la Copa del Rey con dos bajas, aparte de las de larga duración (Marc Casadó y Marc Bernal): Lewandowski y Balde. El delantero polaco tiene un sustituto claro, pues Ferran Torres es el Pichichi de la Copa, con cinco tantos, empatado con Endrick y Julián Álvarez. «Ha demostrado que puede jugar como ‘‘9’’, contra el Betis, el Valencia... Es una buena posición para él. No afecta ni a Lamine ni a Raphinha, tienen que adaptarse a que haya otro compañero ahí, pero estoy encantado con él», admitía Flick.
Para el lateral izquierdo, el relevo natural es Gerard Martín y el técnico no se plantea hacer experimentos, pese a ser un chico que la campaña pasada estaba jugando en el Barça B, en Primera RFEF, o que Araujo confesó que si le dicen que juegue en esa posición, lo haría. En la pretemporada se ganó formar parte del primer equipo y Hansi Flick le ha dado 1.297 minutos en 34 partidos. Jugó en Dortmund en la Champions y lo hará ante el Real Madrid. Fue decisivo en el complicado triunfo en Leganés con el robo de balón que dio lugar al tanto del triunfo barcelonista.
"Gerard es un chico muy disciplinado, tiene muchas facultades, mucha potencia física, tiene buena subida, buena zurda"
«Márquez me ayudó a terminar de formarme», admitió en una entrevista en los medios azulgrana. Pero antes de en el filial jugó en el Cornellá, y se enfrentó al Barcelona en una eliminatoria de Copa en la que tuvo que cubrir a Dembélé. Su desarrollo más atrás fue en el Sant Gabriel, el mismo club donde se inició Balde y también Álex Valle, que juega como cedido en el Como italiano. Todos son laterales izquierdos. «Criamos a zurdos, que son los buenos», dice Gregorio Peralta, presidente del Sant Gabriel, entre risas. «Gerard es un chico muy disciplinado, tiene muchas facultades, mucha potencia física, tiene buena subida, buena zurda», añade el mandatario del modesto club, que fue compañero de equipo de Laporta y Rosell en el Sant Andreu. «Tendríamos 18 añitos», recuerda Gregorio.
A Gerard lo llevaron al Sant Gabriel David Prats, Toni Lobo y Sergio García, que después fueron los ayudantes de Xavi en su etapa como primer entrenador del Barcelona. Era un chico espigado que destacaba por su físico. «Hubo un año de infantil que lo colocamos directo de primer año a División de Honor, cuando esos saltos no los haces normalmente porque a esas edades se nota un año de diferencia», sigue recordando el mandatario. «Con nosotros jugaba más adelantado, siempre por banda. Tenemos equipo en División de Honor de infantiles y de cadetes y ya hay disciplina porque juegas contra los grandes: Barça, Espanyol, Gimnastic, Manresa, y a los chicos los vas colocando en los sitios en los que tienen que jugar», prosigue. No es el típico caso del chaval que de pequeño se regateaba a todos y después, cuando se igualan los físicos, fue retrasando su posición.
Sofá, padres y descanso
El suyo es un caso de disciplina y fe, para llegar donde el jugador en el que se fijaba, Jordi Alba. También la situación económica del Barça le ha dado la oportunidad, que llega hoy a su máxima exigencia. Gregorio no le recrimina que todavía no se haya pasado por el club para hacer felices a los chicos. «Acaba de salir del cascarón, me dice que cuando tiene un día de descanso se tumba en el sofá, ve a sus padres y no tiene ganas de nada más. Yo lo entiendo. Cuando pase un año, que esté más hecho, vendrá», piensa Peralta.