El fútbol internacional se encuentra de luto tras confirmarse el fallecimiento de Diogo Jota, delantero del Liverpool y de la selección portuguesa, en un accidente de tráfico ocurrido la madrugada de hoy, jueves 3 de julio, en la provincia de Zamora. En el siniestro también perdió la vida su hermano André, jugador del FC Penafiel, de la segunda división de Portugal.

Diogo José Teixeira da Silva, de 28 años, deja un legado imborrable tanto en los terrenos de juego como en su vida personal. Casado con Rute Cardoso, su pareja de toda la vida, el futbolista formó una familia ejemplar junto a sus tres hijos: Dinis (2021), Duarte (2023) y una pequeña nacida a finales de 2024. La pareja, que se conoció en la adolescencia y mantuvo una relación de más de una década, celebró su boda el pasado 22 de junio, apenas once días antes de la tragedia.

Jota y Rute compartían una relación sólida y discreta, marcada por el apoyo mutuo y la protección de su intimidad. En redes sociales, el futbolista acostumbraba a compartir momentos especiales junto a su familia, como celebraciones navideñas, imágenes de su boda y el nacimiento de sus hijos, siempre mostrando la importancia de sus allegados y priorizando la privacidad de los niños.

Rute en todo momento fue una presencia constante y discreta, acompañando a Diogo en cada paso de su carrera. Era considerada un pilar fundamental en la vida del futbolista, ayudándolo a mantener el equilibrio entre la fama y una vida personal auténtica. Juntos demostraban que era posible compaginar el éxito profesional con una vida familiar sólida y cercana.

El delantero portugués era reconocido no solo por su talento y entrega en el campo, sino también por su dedicación a sus seres queridos. El mundo del deporte despide hoy a un jugador ejemplar y a un hombre de familia, cuya pérdida deja una profunda huella en sus allegados y en todos los aficionados al fútbol.

Las mascotas de Diogo Jota

En las redes sociales, en repetidas ocasiones se les vio acompañados de sus tres perros Beagle, quienes más que unas mascotas hacían parte de su familia. La relación de Jota con Rute y sus seres queridos se caracterizó por el amor, el apoyo mutuo y una cercanía que se intensificaba en los momentos difíciles, consolidando una familia unida frente a cualquier adversidad.

Unos padres devastados por la tragedia

Sus padres, Joaquim Silva e Isabel Silva, nunca buscaron el protagonismo. Prefirieron acompañar desde la sombra, alentando cada paso, entrenamiento y gol. Sin embargo, tanto a Diogo como a André los apoyaron desde los primeros partidos en el modesto Gondomar SC, el club de barrio en donde ambos hijos empezaron a dar sus primeras patadas a un balón.

Lastimosamente, hoy la familia Silva enfrenta un dolor inmensurable tras la pérdida de sus dos hijos en una misma noche. Por el momento han pedido respeto y discreción, aunque los mensajes de apoyo apenas comienzan a llegar desde todos los rincones del mundo.

Pero en Gondomar, la tristeza se vive en silencio. Allí, donde Diogo y André comenzaron a soñar, el fútbol ha quedado en pausa. Más allá del deporte, está el recuerdo de una familia unida, que afronta con dolor la partida de quienes fueron hijos, hermanos, padres y esposos, y cuyo legado permanecerá en la memoria de todos quienes los conocieron.