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Barça, ¿de verdad es lo que hay?

Dura primera jornada de los equipos españoles en la Champions, con un único triunfo, el del Real Madrid, un buen empate del Villarreal, la igualada, y gracias, del Sevilla, y el descalabro azulgrana

Gerard Piqué dijo la frase ya famosa de "es lo que hay" después de la derrota contundente contra el Bayern (0-3)
Gerard Piqué dijo la frase ya famosa de "es lo que hay" después de la derrota contundente contra el Bayern (0-3)AFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

El reciente dominio de los equipos españoles en la Liga de Campeones, primero con el Barcelona (2006, 2009 y 2011) y después con la espectacular e inédita racha del Real Madrid (cuatro triunfos, tres de ellos seguidos, entre 2014 y 2018, y el que no ganaron se lo llevó el Barça de Luis Enrique), con ambos casi siempre al menos en semifinales o cerca, o con el Atlético disputando dos veces el partido por el título (2014 y 2016), parece difícil de repetirse después de ver la primera jornada de la gran competición continental. Cierto que queda mucho, que es sólo el comienzo y que equipos en teoría favoritos como el PSG también pincharon, pero las sensaciones en general fueron malas. Consiguió el Real Madrid un triunfo de prestigio en Milán, pero tampoco fue sobrado. Al menos, ganó. Fue el único en conseguirlo de los equipos españoles, que por segunda vez en la historia tienen cinco representantes (la otra fue en 2015) con la entrada del Villarreal, campeón de la última Liga Europa. El empate del conjunto «amarillo», en su regreso a la máxima competición diez años después, es meritorio ante un Atalanta que las últimas temporadas está destacando. Estuvo cerca de ganar. Fue una buena actuación de un equipo al que tampoco se le debe exigir el máximo y que está en un grupo complicado, todavía más con la derrota del Manchester United contra el Young Boys. En el caso del Sevilla fue un punto y gracias ante el Salzburgo en un grupo en principio accesible, aunque quedó demostrado que habrá que pelear la clasificación. En el Atlético se vio la versión tímida y más o menos conformista del pasado curso en Europa, totalmente diferente a la de la Liga. Todos sus rivales son de cuidado, así que este tropieza puede pesar.

Aunque para conformista, el Barcelona. Koeman y Piqué repitieron la misma frase tras sumar un nuevo descalabro ante el Bayern en el Camp Nou: «Ahora, es lo que hay». Con un interrogante se podría aplicar a todos los equipos españoles. Se referían en realidad a que el margen de mejora es amplio cuando se incorporen los lesionados (Dembélé, Ansu, Kun), pero se entendió como una claudicación general. Y se hizo alusión a la proyección de muchos jóvenes. Está claro que para el equipo azulgrana es importante proteger La Masia y sacar chicos de la cantera, pero es un club que vive más del «ya» que del futuro y la paciencia de los aficionados no es infinita, lo que puede derivar en protestas hacia el palco y hacia el césped, ahora que las gradas se vuelven a llenar. El «es lo que hay» suena a acto de conformismo mientras equipos como el Brujas sí compiten contra el PSG de Messi, Neymar y Mbappé. ¿Rendición o ver la realidad?

El caso es que el equipo de Koeman no arranca contra los equipos poderosos. Revivir ante el Bayern Múnich algo similar a lo sucedido el día del 2-8, esa sensación de impotencia, fue un golpe duro que pilló por sorpresa hasta a Laporta, que dijo estar «tan dolido e indignado» como los aficionados. Peor casi que el resultado fue que el Barça afrontó el partido desde la inferioridad, como un equipo pequeño, y lo pagó; o la indiferencia de los espectadores que fueron al Camp Nou en el tramo final. En las dos temporadas con el neerlandés, sólo hay un triunfo azulgrana ante un equipo de los considerados fuertes en Europa, el 0-2 el curso pasado en Turín ante la Juve, contestado en la vuelta con un 0-3 de los italianos que mandó al conjunto español al segundo puesto y a medirse con el PSG. Ante los franceses en el Camp Nou se repitió la pesadilla de los últimos años (1-4), con la exhibición de Mbappé que ya ni se consideró una sorpresa, y sí hubo un ataque de honor en la vuelta con un gran encuentro en París (1-1). Pero es que en España la temporada pasada el Barcelona no consiguió vencer a sus dos «iguales». Contra el Real Madrid perdió los dos partidos: 1-3 en el Camp Nou y 2-1 en Valdebebas. Y contra el Atlético cayó en el Metropolitano (1-0) y no pasó del empate a cero en casa.

Ha perdido grandeza el club y el panorama para recuperarla no es bueno, con la crisis económica que impide fichar a estrellas hechas o el poderío que muestran los oponentes a los que Tebas acusa de «tramposos», como Manchester City o el PSG. Están los jóvenes, sí, pero en ellos no puede caer la responsabilidad. Piqué también dijo que «esto no es como empieza, sino como acaba», y que mira lo que sucedió con el Chelsea el pasado curso. Pero el equipo «blue» hizo una gran inversión en verano y Tuchel logró que encajaran las piezas. El Barcelona no puede hacer esa inversión y para rearmarse debe suplir como grupo las carencias individuales que tiene, pero pensar eso ahora mismo es complicado.