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El Barcelona remonta al Valencia con la pareja Ansu Fati-Jordi Alba (3-1)

El equipo de Koeman remonta el primer tanto del rival, con el joven futbolista como estrella. Marcó un gol y forzó un polémico penalti en el segundo. Debutó Agüero

Ansu Fati marcó un buen gol ante el Valencia
Ansu Fati marcó un buen gol ante el ValenciaALBERT GEAREUTERS

El Barcelona cumplió con una de sus máximas esta temporada: un gol en contra está asegurado, además esta vez fue al comienzo, a los cinco minutos, en un trallazo de Gayá tras el rechace de un córner. Por mala suerte, por mala colocación o por errores individuales, no consigue dejar su portería a cero el equipo azulgrana, pero en esta ocasión si encontró recursos para dar la vuelta a la situación. La respuesta estuvo en dos jugadores que hasta hace poco estaban en la enfermería. Ansu Fati disputó su primer partido de titular tras haber participado ya algunos ratos, y volvió a demostrar que tiene una relación imantada con el gol: aprovechó una dejada de Memphis para colocar a la perfección el interior de la bota derecha y dar la rosquita perfecta que tantas veces se ha visto en el Camp Nou desde el otro lado, en la zurda de Messi. Empató pronto el canterano y se asoció mucho con el otro protagonista, Jordi Alba, que desde el costado izquierdo aprovechaba los espacios de maravilla para sorprender. Su primer centro lo salvó Gayá cuando ya iba a rematar Dest, y llegaron unos cuantos más hasta el de la jugada del penalti a Ansu Fati, una acción muy polémica en la que también estuvo Gayá, que parece tocar el balón antes de llevarse al barcelonista. Es una jugada de esas en las que no suele entrar el VAR se pite o no se pite. Lo hizo Gil Manzano y el debate está servido. Sirvió para que Memphis diera la vuelta al resultado con un disparo inverosímil desde los once metros: sólo tres pasos y un cañonazo directo. Cillessen ni se movió.

No estaba de todas formas jugando un buen partido el Barcelona. Hizo buenas acciones cuando se juntaban sus futbolistas de calidad, pero le faltó continuidad. Por momentos incluso perdió el balón ante el Valencia, que intentaba mover mucho a sus futbolistas de ataque y que terminó encontrando los espacios cuando contragolpeaba. En una de esas carreras Guedes rozó el segundo. Casi todo era posible gracias al trabajo de Maxi Gómez para recibir de espaldas, en una bonita pelea que tuvo con Piqué. También Memphis tuvo mucha movilidad para abandonar la posición de delantero y abrirse a las bandas para generar espacios.

Esa sensación de que el Barcelona no tenía el control del centro del campo ni del partido aumentó en la segunda parte. El Valencia adelantó la línea de presión y complicó la salida de balón de los chicos de Koeman, que empezaron a multiplicar las pérdidas. Por momentos no lograba salir de su campo, y llegaron los agobios porque hubo un par de despistes en la marca sorprendentes, que permitieron a Carlos Soler primero y a Guedes después estar de cara y con espacios al borde del área. El tiro del español se fue al palo y el del portugués lo paró Ter Stegen poniendo el brazo duro y con la rodilla en el suelo.

Tuvo 20 minutos estupendos el Valencia en los que rozó el empate, pero el fuelle se le fue acabando y el Barcelona por fin empezó a gestionar la pelota mejor. Ya no estaba Ansu Fati en el campo. Tenía pactado que superada la hora de encuentro, iría al banquillo. No pierde Koeman la idea de ir poco a poco con el chaval. Salió Coutinho, para protagonizar unos buenos minutos. El cansancio también apareció en futbolistas como Gavi, que llega de una paliza con la selección. Nico, el otro jugador precoz de la plantilla, le dio el relevo. En el conjunto «che» Guedes se tuvo que ir fundido y dolorido y Foulquier, acalambrado.

El Valencia volvió a la idea del fútbol más directo y la velocidad y Carlos Soler dio un nuevo susto. Sigue defendiendo muy mal el Barcelona, descolocado cuando no hace bien la presión. Con la posesión estaba más aseado, pero con el marcador tan ajustado jugar a que los minutos fueran pasando era un peligro. Coutinho encontró el premio a su trabajo con el tercer gol, el de la tranquilidad y el que permitió que Agüero debutara con la camiseta azulgrana. Apenas tuvo tiempo de nada, pero sí descubrió que el Camp Nou le quiere. Se llevó un gran aplauso.

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