LaLiga Santander

Florentino todavía cree

Lanzó un mensaje de optimismo en la comida de Navidad. Todos en el club saben que la Liga está imposible, pero que la «Décima» cambiaría el saldo final de la temporada

José Mourinho compartió ayer mesa con el presidente del club
José Mourinho compartió ayer mesa con el presidente del clublarazon

El Real Madrid celebró la tradicional comida de Navidad con sus plantillas de fútbol y baloncesto, sin poder evitar que la depresión por los 13 puntos de desventaja con el Barça en la Liga fuese uno de los platos principales del menú. El empate ante el Espanyol la noche anterior y los números que presenta el equipo –los peores de las últimas cinco temporadas–, no invitaban a la celebración, pero los capitanes de las dos secciones del club pusieron su mejor sonrisa para llevar juguetes a los niños ingresados en el hospital La Moraleja. Cristiano, Kaká y Pepe también participaron en el acto solidario organizado en el Santiago Bernabéu antes de sentarse a la mesa, y Florentino Pérez tomó la palabra para lanzar un mensaje de unión y esperanza para lo que queda por delante.

«El Real Madrid, como sabemos todos, tiene como principio deportivo no rendirse jamás por difíciles que sean los retos que tiene que afrontar. Pero, además, el Real Madrid será, pase lo que pase, leal a su compromiso con la solidaridad y con aquellos que menos tienen, y especialmente con los niños», dijo el presidente, que aprovechó el acto solidario de la Fundación para «dibujar» el que debe ser el camino a seguir a partir de ahora.

Tanto en las oficinas como en el vestuario, todos son muy conscientes de que la Liga es ya algo así como una misión imposible. La distancia es inmensa, aunque quizá lo que más invite al pesimismo es que el Barça es capaz de ganar jugando bien, mal o regular y el conjunto blanco ya ha perdido un punto más (15) que en las 38 jornadas de la temporada anterior. A los de Mourinho les cuesta más que antes imponerse físicamente a los rivales, y en lo futbolístico tampoco están al nivel que les dio el título de Liga antes del verano. Es evidente que sólo un milagro podría dar la vuelta a la situación en el torneo liguero, pero también que el escudo obliga a seguir trabajando en todos los frentes. El técnico aseguró nada más empatar con el Espanyol que la cosa estaba casi imposible y que nunca se había encontrado en una situación igual. Explicó que no había mucho que hacer, más que progresar en la Liga como mejor camino para conseguir los otros objetivos que estaban en la lista antes de empezar la pretemporada, y en los que el Real Madrid sigue vivo.

Ésta es la idea que quiso transmitir el presidente, además de evitar discursos derrotistas desde dentro del club. La recuperación pasa por bajar el volumen del ruido que rodea a la plantilla y el entrenador y recuperar el tono físico y futbolístico que les llevó a batir récords hace pocos meses. Ni con esto podría ganarle la Liga al Barça, pero sí tener más opciones en la Liga de Campeones, donde la conquista de la ansiada «Décima» convertiría el curso en un éxito y haría olvidar fácilmente en los libros de historia el «papelón» en el torneo local.

Haber quedado casi desahuciado en sólo cuatro meses en la Liga no garantiza el éxito al Madrid en la «Champions», pero tampoco significa que no tenga nada que hacer. El equipo espera rival para octavos en el sorteo del jueves, y plantilla y potencial tiene para ser candidato, aunque el mal juego y los errores defensivos le han lastrado también en Europa. Al acabar segundo de grupo por detrás del Dortmund, se encontrará con rivales más poderosos en el bombo.

«Los que tienen que estar preocupados son los que fueron primeros y ahora se van a enfrentar con el Real Madrid», ha dicho Mourinho, que tiene una buena oportunidad para volver a tomar los mandos del vestuario, encontrar el compromiso de todos que el grupo exhibió el curso anterior y volver a dar al equipo la sensación de poderío con la que cortó la racha de títulos ligueros del Barcelona.

La motivación de la «Décima» debe ser suficiente tanto para «Mou» como para los jugadores, que, más allá de distanciamientos y roces, saben que estarán juntos hasta el mes de junio. Después ya se verá, pero Florentino no quiere oír hablar ahora de un posible futuro sin Mourinho y menos de sustitutos. Ayer brindó por las fiestas navideñas, aunque no van a ser las más felices para el madridismo, que no esperaba esta decepción tan pronto.