Tribunales

El juez procesa a Rubiales por su beso "no consentido" y "sorpresivo" a Jenni Hermoso

De Jorge también propone juzgar al expresidente de la RFEF, al exseleccionador Jorge Vilda y a dos cargos de la Federación por las supuestas presiones a la jugadora para que avalara su versión

El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ve indicios suficientes para sentar en el banquillo al expresidente de la Federación Española de Futbol (RFEF) Luis Rubiales por su polémico beso a Jenni Hermoso tras la final del Mundial el pasado agosto en Sídney (Australia). Para el magistrado, la instrucción ha revelado la existencia de "sólidos indicios" de que el beso "no fue consentido" y se trató de una "iniciativa unilateral y sorpresiva" de Rubiales. De Jorge explica que en el juicio deberá valorarse "la finalidad erótica o no o el estado de euforia y agitación experimentado como consecuencia del extraordinario triunfo deportivo" y sus consecuencias jurídicas. Pero deja claro que el beso en los labios "afecta a la esfera de la intimidad reservada a las relaciones sexuales, en particular en el contexto de dos personas adultas.

La Fiscalía, que ahora dispone de diez días para presentar su escrito de acusación, imputa al expresidente de la Federación los delitos de agresión sexual y coacciones, delito que también atribuye al director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, al exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda y al exresponsable de Marketing de la RFEF Rubén Rivera, señalados por las supuestas presiones a las que se habría sometido a la jugadora internacional y a su entorno para que respaldase en una comparecencia pública la versión de Rubiales de que el beso fue consentido.

En cuanto a estos tres imputados, el juez advierte asimismo indicios de la existencia de "una acción concertada" de los tres, acordada con Rubiales, "para doblegar la voluntad" de Jennifer Hermoso y conseguir que accediera a grabar un video en el que dijese que el beso había sido consentido. Estos hechos, asegura, "podrían ser constitutivos de infracción penal conexa" con el delito de agresión sexual atribuido al expresidente de la RFEF, "incluso con independencia" de que esas amenazas pudieran considerarse leve, algo que el magistrado sobre lo que el magistrado no se pronuncia en este momento.

En la resolución en la que acuerda la transformación de las diligencias en procedimiento abreviado (paso equiparable al procesamiento en el sumario), el magistrado asegura que existen indicios de que en la entrega de trofeos tras la final del Mundial ganado por España, en el momento en que Jenni Hermoso "recibía el saludo protocolario y la felicitación" del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, después de haber sido felicitada por Doña Letizia, Rubiales "sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos, a la altura de los oídos, y de manera sorpresiva e inesperada propinó un beso en los labios de la jugadora, que no se apercibió de la intención del querellado de besarla en los labios ni dio su consentimiento para ello". "Desconcertada y sorprendida por el inesperado beso en los labios, no tuvo tiempo de reaccionar", asegura.

Las "presiones" de Rubiales y su entorno

Tras lo sucedido, añade, "trató de restarle importancia en un primer momento y continuar celebrando el histórico triunfo de la selección. No obstante, conforme iban pasando las horas, la euforia del triunfo fue dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida por la acción antes relatada, malestar que fue en aumento ante las presiones" de Rubiales y "de su círculo próximo para que públicamente manifestase que el beso había sido consentido".

En el vuelo de regreso a España, Rubiales "trató de conseguir" que Jennifer Hermoso accediese a hacer una manifestación pública, realizada conjuntamente con él, afirmando que el beso había sido consentido, "a lo que la jugadora se negó, expresando su malestar", continúa el relato del juez.

Tras pedir consejo a su equipo técnico, Rubiales pidió a Jorge Vilda que hablase con el hermano de Jenni Hermoso para convencerla de que grabase un video respaldando su versión de los hechos. En ese vuelo, explica, el seleccionador Jorge Vilda buscó en el avión a Rafael Hermoso y "le advirtió de que si su hermana no accedía a participar en el vídeo, su negativa tendría consecuencias negativas para ella y experimentaría perjuicios en su carrera profesional como futbolista".

Ya en España, "y por encargo" de Rubiales, el responsable de Marketing de la RFEF, Rubén Rivera, encargado de la logística del viaje de la selección a Ibiza, "pidió a Jennifer Hermoso, de manera reiterada y persistente que hablase por teléfono con el responsable de Integridad de la Federación", insistiéndole en que "debía participar en el vídeo exculpando a Luis Rubiales".

El "hartazgo" de Jenni Hermoso

Y pese a que Jenni Hermoso le comunicó "que no deseaba hablar de este tema", obviando esa "clara negativa" y la "expresión de su hartazgo", Rivera "le insistió de manera reiterada para que hablase con Albert Luque", también con la intención de insistirle para que participara en el vídeo. Hermoso trasladó por Whatsapp a Albert Luque su rechazo a hablar con él, tras lo cual Rubén Rivera "insistió de nuevo" a través de una amiga de Hermoso, Ana Belén Ecube, "manteniendo durante horas los persistentes requerimientos a esa amiga para que convenciera a la jugadora para hablar con Albert Luque".

Como la jugadora persistía en su negativa, Luque se personó en el hotel "intentando forzar a Jennifer a hablar con él para convencerla de participar en el vídeo". Una insistencia con la amiga que según el juez se produjo durante media hora aproximadamente por medio de Whatsapp y "también personalmente", con el objetivo de que convenciese a la futbolista para que hablase con él.

Finalmente, "ante la rotunda negativa", Albert Luque envió un mensaje de Whatsapp a la amiga de Jennifer, "insistiendo en su petición de ayuda para justificar la conducta de Luis Rubiales expresando su enfado, acusándola de mala persona, deseándole que se encuentre muy sola en la vida y anunciándole que se alegrará de que eso suceda".

Las presiones a las que se sometió a la jugadora, concluye el magistrado, "crearon en Jennifer hermoso una situación de ansiedad e intenso estrés".