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La Copa del Sevilla

Quiere repetir en Turín contra el Benfica los éxitos de 2006 y 2007

El Sevilla, reunido ayer en el campo de la Juventus, donde se disputa hoy la final
El Sevilla, reunido ayer en el campo de la Juventus, donde se disputa hoy la finallarazon

La otra final europea se juega hoy en Turín y también tiene a un equipo español como protagonista. El Sevilla, ocho años después de su apoteosis de Eindhoven y siete más tarde de haber reeditado título en Glasgow, disputa su tercera final europea con el ineludible objetivo de seguir invicto en tan lustrosas ocasiones. Pero cuidado. El rival no es el Middlesbrough ni el Espanyol, sus víctimas de 2006 y 2007, sino nada menos que el Benfica, reciente ganador de la Liga portuguesa y en busca de un cuadrifolio histórico pues también ganó la Copa de la Liga y tiene pendiente, además, la de la Copa lusa.

El histórico club lisboeta acude por segunda vez en dos semanas al Juventus Stadium con la vitola de favorito tras haber eliminado a la «Vecchia Signora» en semifinales. Y con el favor de la cábala para terminar con la maldición de Bela Guttman, el entrenador húngaro que llevó al Benfica de Eusebio a ganar dos Copas de Europa en 1961 y 1962 ante Barcelona y Real Madrid. Se fue el magiar por desavenencias con la directiva y vaticinando: «Sin mí, no volveréis a ser campeones de Europa». Así ha sido hasta ahora, a pesar de las siete finales alcanzadas por los lisboetas, la última de ellas perdida hace un año contra el Chelsea en esta misma competición. Claro que ninguno de sus oponentes era español, como sí fueron sus dos víctimas de entonces.

Es un equipo coriáceo este Benfica dirigido por Jorge Jesús, el técnico que ya ha fichado por el Mónaco para la próxima temporada. Ha encontrado en el joven esloveno Oblak a un portero de garantías, al que protege con Garay y Luisao, una de las mejores parejas de centrales del mundo. Las bajas por sanción de los argentinos Enzo Pérez y Salvio lo debilitarán en el centro del campo, aunque su poderío goleador permanece intacto pese a la ausencia de Markovic, también por acumulación de amonestaciones, ya que el español Rodrigo y el brasileño Lima, que en la previa de la «Champions» de 2010 eliminó al Sevilla al hacerle un «hat-trick» en el Sánchez Pizjuán, garantizan peligro.

Unai Emery alberga una sola duda en su once; y otra muy importante en la persona de Kevin Gameiro. El delantero francés, 21 goles en la temporada, no se perfilaba como titular, pero es el duodécimo hombre, el futbolista microondas que revoluciona los partidos cuando se complican. Padece un esguince de rodilla leve que, como poco, lo hará jugar muy mermado. El otro renqueante es Vitolo, el talentoso diésel que permuta con Reyes sus posiciones en las bandas. Si el canario no se restableciese de su problema muscular, Alberto Moreno jugaría en la izquierda, por delante de Fernando Navarro. El gran mérito del entrenador vasco esta temporada, además del importante detalle de hartarse de ganar partidos, ha sido construir una alineación que el sevillismo recita de memoria a pesar de que en verano le reclutaron a 16 futbolistas y se fueron emblemas del club como Palop, Jesús Navas y Negredo. Pase lo que pase en la final, atesora un meritazo este técnico paradójicamente muy discutido.

Aunque en el Sevilla, empezando por su encarcelado ex presidente, todo ha cambiado con respecto a las finales ganadas en la primera década del siglo, se adquirió entonces una cultura ganadora que todavía impulsa ambiciones y galvaniza los ánimos en días «señalaítos». Y si algún torneo es considerado como propio en el barrio de Nervión es la vieja UEFA, el que terminó con medio siglo sin finales y casi tres cuartos sin abrir la sala de trofeos. Por eso pudo el Sevilla levantar en el campo del Betis un 0-2 que habría deprimido a cualquiera; por eso remontó contra el Oporto como el que golea a unos juveniles; y por eso en Mestalla, cuando el Valencia ya celebraba el pase, surgió M'Bia para meter en la red la última pelota del descuento.

Esta sucesión de milagros fue posible porque el sevillismo siente como suya esta competición. ¿Una prueba? El 1 de agosto, en la ida de la primera ronda previa, 35.000 valientes desafiaron los 43 grados a la sombra reinantes para ir a ver al Mladost Podgorica. ¿Otra? En la fase de grupos, un día laborable cualquiera, 4.000 sevillistas se echaron a la carretera para estar con el equipo en Estoril. Si estos benditos locos no se merecen ser campeones, ¿quién sí?


Emery: «Ellos son favoritos»

Emery se quitó presión ayer y dio el favoritismo al Benfica en la final: «El principal favorito para ganar la Liga Europa era el Juventus y ellos lo han eliminado y, además, en este estadio, pero eso no quiere decir que no veamos nuestras capacidades. Respetamos al rival y lo que es seguro es que los dos son los merecidos finalistas». El entrenador pidió a los suyos ilusión y ganas, después de todo lo que han sufrido para llegar a este día tan importante: «Hay que salir de la última puerta para ser triunfadores».