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Selección

Mundial de Qatar 2022. España prolonga la maldición del campeón

Carga con el peso de no haber ganado más de un partido por Mundial desde que ganó el título en 2010. Suma tres victorias en diez encuentros jugados. Ante Marruecos llega la oportunidad para romper la racha

El Mundial ha castigado a sus campeones de manera dura en este siglo. No acostumbran a pasar la fase de grupos en la siguiente edición. Una maldición de la que solo ha conseguido escapar Brasil, que alcanzó los cuartos de final en 2006 después de haber ganado el Mundial en 2002.

Francia, campeón en 1998, se fue en la primera fase después de perder con Senegal en 2002. Un camino que repitieron Italia en 2010; España, en 2014 y Alemania, en 2018. Francia ha conseguido superar esa maldición a la segunda en este Mundial.

Pero el castigo parece prolongarse para la selección española, que solo ha ganado tres partidos desde que fue campeona en Sudáfrica en 2010. En la siguiente edición, Brasil 2014, solo pudo vencer a Australia cuando ya estaba eliminada después de haber perdido en las dos primeras jornadas contra Países Bajos y contra el Chile de Sampaoli.

No fue mucho mejor en la pasada edición, cuando solo pudo derrotar a Irán en la primera fase. Un solo gol, de Diego Costa, dio la victoria al equipo que entrenaba Fernando Hierro después de la destitución de Julen Lopetegui a dos días del comienzo del Mundial.

Antes había empatado con Portugal a tres, con tres goles de Cristiano Ronaldo y después empató de nuevo con Marruecos, el próxima rival de la Roja en el torneo. Isco y Aspas marcaron los dos goles españoles para el 2-2 final.

En este torneo de Qatar, España tiene la oportunidad de remontar esa estadística que le ha hecho ganar solo un partido por campeonato desde que levantó el título en 2010.

El comienzo fue ilusionante, con una goleada histórica ante Costa Rica, pero después llegaron el empate ante Alemania y la derrota ante Japón. «Fue un varapalo duro no poder ganar a Japón, pero el fútbol tiene estas cosas y cuanto antes nos suceda, mejor. Ojalá recuperemos el camino de nuestro juego y, sobre todo, los resultados», reconoció el presidente de la Federación, Luis Rubiales, en un encuentro con los medios en el restaurante Bibo, de Dani García.

«Tuvimos una desconexión de cinco o diez minutos y eso nos penalizó. Vamos a mirarnos a nosotros mismos y a ver que estamos mejor que las selecciones que se han marchado. No es consuelo, los jugadores estaban hundidos y abatidos tras el partido, pero ya estamos ahí. Vamos a borrar, el fútbol es una apisonadora, es constante, y ahora tenemos posibilidades de recuperar la senda de la victoria y luchar por llegar a la final», añade Rubiales.

El presidente de la Federación no duda de las explicaciones de la FIFA para conceder validez al segundo gol de Japón, aunque en las primeras imágenes parecía que el balón había salido por la línea de fondo. «Pienso que el gol que nos mete Japón es legal, que no llega a salir. Es una jugada que vemos muy a menudo y que es muy difícil. Es gol, se ve desde arriba, se aprecia que no ha salido todo el balón. Nada que objetar», asume Rubiales.

Ahora España se enfrenta a Marruecos para intentar superar esa maldición de los campeones con la que Francia, de momento, está pudiendo sin problemas a pesar de las bajas de Kanté y de Pogba antes de dar la lista, de Nkunku después y de Benzema y de Lucas Hernández cuando ya estaban en Qatar. «Jugamos un partido muy difícil fuera de casa, porque Marruecos es la selección de todo el mundo árabe, pero estoy convencido de que vamos a ganar», asegura Rubiales. «Marruecos es una selección dura, fuerte, con una mentalidad muy europea», afirma el presidente de la Federación. La afición marroquí es una de las más numerosas y alegres de las que han llegado a Qatar.

España tiene un reto por delante ahora que ha conseguido eliminar a Brasil de su posible camino hasta el final. Luis Enrique nunca quiso plantearse un posible duelo con los brasileños. Primero, porque había que ganar a Japón para llegar hasta allí. Segundo, porque «hay que ganar a todos para ser campeón del mundo». Como futbolista se quedó en dos ocasiones en los cuartos de final, en Estados Unidos 94 y en Corea y Japón 2002. Dos eliminaciones traumáticas, la primera con la nariz rota por el codazo de Tassotti y la segunda por el polémico arbitraje de Al Ghandour. Un límite que ahora quiere superar. Pero para eso tiene que acabar con la maldición que arrastra desde que ganó el Mundial en 2010.

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