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Aliou Cissé es el orgullo y el ejemplo de Senegal y de toda África

Está convencido de que un país africano ganará el Mundial algún día y su labor con Senegal le avala. En Rusia 2018 era el único entrenador negro y se quejó. En el Mundial de Qatar desafía a Inglaterra en octavos de final

Aliou Cissé da instrucciones en la banda en el Senegal - Ecuador que metió a los africanos en octavos
Aliou Cissé da instrucciones en la banda en el Senegal - Ecuador que metió a los africanos en octavosThemba HadebeAgencia AP

Aliou Cissé ya estaba en el banquillo de Senegal en el Mundial de Rusia 2018 (llevaba desde 2015), y después de quedar fuera en la primera fase por ver más tarjetas amarillas que Japón, con la que estaban empatada a todo en el grupo, lanzó una queja. «Soy el único entrenador negro en este torneo y es una realidad dolorosa que me molesta», dijo. «El fútbol es universal y el color de la piel tiene poca importancia en el juego», añadió, y reivindicó que las selecciones africanas tenían que ser dirigidas por entrenadores autóctonos. En ese campeonato solo lo eran él y Nabil Maaloul en Túnez, ya que al frente de Egipto estaba un argentino, Cúper; de Nigeria un alemán, Rohr; y de Marruecos, un francés, Herve Renard. Su petición fue escuchada y en Qatar ha habido pleno: Walid Regragui en Marruecos, que se mide en octavos a España; Jalel Kadri en Túnez, Rigobert Song en Camerún y Otto Odo en Ghana.

Seguramente la trayectoria de Cissé ha servido de ejemplo, porque ha hecho de Senegal un equipo temible, lo ha profesionalizado, lo ha ordenado y lo llevó a ser campeón de la Copa de África. Sus protestas no van solo por lo suyo, van por el continente entero. Está convencido de que «algún día un país africano ganará el Mundial» porque tienen buenos equipos y fantásticos futbolistas que triunfan en Europa, pero les faltan oportunidades. «Lo importante en un Mundial es la experiencia. Cuantas más veces estés allí, más oportunidades tendrás de ganar. En África somos 54 países y solo podemos clasificar cinco, mientras que Europa tiene trece», reivindicó en «The New York Times». «Tenemos grandes jugadores y hemos contribuido a desarrollar el fútbol. Dadnos la posibilidad de existir y tendremos más oportunidades de ir a semifinales, a la final, y de ganar», insiste.

Aliou Cissé también estuvo en el Mundial en el que Senegal impresionó al mundo, pero en el campo, como centrocampista y capitán. Era en el de Japón y Corea 2002 y la presentación no pudo ser mejor: derrotaron a Francia, la defensora del título, con el gol de Papa Bouba Diop, al que los «Leones de Teranga» dedicaron en Qatar el triunfo ante Ecuador que les llevó a octavos. Diop falleció en 2020 con 42 años. Sufría ELA. El otro futbolista al que los senegaleses tienen presente es a Mané, la estrella del equipo que se ha perdido el Mundial por una lesión. Cissé se desarrolló como futbolista en Europa, en Francia, en clubes como el PSG y el Lille, y también en la Premier. En medio de su carrera tuvo que hacer frente a una tragedia personal gigantesca: el Le Joola, un popular ferry que conecta ciudades por la costa de Senegal, se hundió en septiembre de 2002. El terrible resultado fue de 1.863 muertos (apenas hubo 64 supervivientes), la segunda cifra más alta de la historia en un accidente marítimo en tiempos de paz, por encima de la del Titanic. Once de esas personas eran familiares del entonces futbolista del Birmingham, que cumplió disputando un partido que tenía y después se volvió a su país a ayudar. Entre sus familiares muertos estaba su hermana. El barco tenía licencia para transportar solo 500 pasajeros y la Marina senegalesa tardó 19 horas en prestar ayuda. Al final el problema es el de siempre: el dinero, la pobreza, contra lo que lucha Cissé desde el fútbol. Con su peculiar aspecto y sus rastas, que le llevaron a ser tendencia en redes sociales porque lo compararon con el rapero Snoop Dogg, desafía hoy a Inglaterra.