Testigo Directo

Mundial de Qatar 2022. Como Tom Hanks en “La Terminal”

Más de tres horas en la recepción de un hotel esperando que encuentren la reserva. Por

Hotel Rosewood
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Venir al Mundial es aprender a esperar. Esperar a veces no se sabe a qué. A que en un hotel, por ejemplo, decidan que han encontrado tu reserva. Por circunstancias que no vienen al caso he tenido que cambiar de «domicilio» en Doha, a uno aparentemente mejor y más cómodo, pero igual de enrevesado para resolver cualquier pequeño problema.

Había aprendido ya de mi primera experiencia al llegar a Qatar. Tenían mi habitación asignada y el comprobante de pago, pero no me dejaban ocuparla hasta que me llegara el bono porque en él figura un número de seguridad sin él que no se sentían autorizados a entregarme la llave. Se solucionó después de aproximadamente dos horas y media de llamadas cruzadas y de espera en la recepción.

Al nuevo hotel llegué con mi bono, seguro de que esta vez no habría problemas. Pero, según ellos, les faltaba la reserva. No soy el primero ni seré el último al que le sucede algo parecido en este Mundial. A otros compañeros les pasó con los coches, por ejemplo.

Mientras en Madrid intentaban arreglarlo, en el hotel me decían que la mejor solución era que reservara yo y adelantara el dinero para que luego me lo devolviera la agencia. Es decir, que pagara por lo que ya había pagado.

Después de tres horas y media de espera en la recepción, les pedí que me guardaran la maleta mientras iba a comer. Me dio tiempo a comprobar que los mexicanos no se han marchado con su selección y que esperan disfrutar del Mundial mucho más tiempo.

Regresé pasadas unas horas con el miedo de acabar convertido en Tom Hanks en «La Terminal» y pasar el resto de mi estancia en Qatar atrapado en esa recepción. Por lo menos el baño estaba limpio. Habrá otra oportunidad para ser Tom Hanks.