La final

Mundial de Qatar 2022. Otro milagro de “Dibu” Martínez

El portero argentino fue decisivo en los últimos minutos y en los penaltis con sus paradas a Kolo Muani y a Coman

Dibu Martínez detiene el penalti lanzado por Coman
Dibu Martínez detiene el penalti lanzado por ComanNatacha PisarenkoAgencia AP

Cuando Argentina llega a los penaltis confía en el «Dibu» Martínez, un portero insoportablemente histriónico en la cancha y delante de los micrófonos. Fue terriblemente maleducado después de la victoria ante los Países Bajos en los cuartos de final, despectivo con los medios españoles y con el árbitro, Mateu Lahoz, al que acusó de querer dejar fuera a la albiceleste porque España ya había sido eliminada.

Pero en Argentina lo aman desde que en la pasada Copa América detuvo tres penaltis en la tanda contra Colombia haciendo uso de todo tipo de juego sucio. Detuvo tres y Argentina avanzó camino del título de campeón continental del que nace todo lo que ha vivido su selección en Qatar.

El portero argentino ya fue decisivo en esos cuartos de final contra los Países Bajos en los que detuvo tres penaltis y se encaró con Luuk de Jong. Tan decisivo como en la final, donde sacó una pierna salvadora para desviar un disparo de Kolo Muani cuando el partido se acercaba al final de la prórroga. Una imagen que recordó a la de Casillas contra Robben en la final del Mundial de Sudáfrica y que acabó resultando igual de decisiva. «Lo teníamos controlado y dos tiros de mierda de vuelta y nos empatan el partido. Dijimos que era el destino sufrir. Nos ponemos 3-2, nos cobran otro penal, lo meten, casi nos meten dos goles, gracias a Dios saqué ese pie», explicaba después del partido el arquero argentino.

En la tanda detuvo el lanzamiento de Coman e intimidó al madridista Tchouaméni, que lanzó fuera. «Podría haber atajado el primero también, me tiré mal, pero después hice todo bien», añadía orgulloso el portero del Aston Villa.

Un guardameta que disfruta de la gloria a los 30 años, pero que ha tenido que dar muchos rodeos antes de asentarse en la élite. El Arsenal lo fichó con 18, pero no confió en él hasta muchas cesiones después, que lo enviaron incluso a jugar en el Getafe, donde sólo disputó seis partidos. Nadie imaginaba entonces que ese portero acompañaría a Messi a ganar el Mundial en Qatar y que sería elegido el mejor portero del mundo en este torneo.