Grupo B
La penúltima batalla de Vida con Croacia
El controvertido central se enfrenta por primera vez a Albania en un partido donde ambos necesitan ganar para seguir en el torneo
A sus 35 años, es muy probable que Domagoj Vida esté ante su último gran torneo internacional. Con casi toda seguridad no volverá a la Eurocopa. Sin embargo, el duro defensa balcánico sigue encarnando a la perfección el espíritu de una generación que ha llevado a Croacia a sus cotas más altas como selección. Competitivo al máximo, aguerrido en todos los aspectos del juego y especialista en manejarse en ambientes calientes, no es de extrañar que todavía sea un indiscutible en un grande del fútbol griego como el AEK Atenas. Y es que la de Vida es una trayectoria de malo de película. Pero de esos malos interesantes, con sustancia. De los que juegan siempre al borde de las líneas rojas, y no solo dentro del verde.
De abrirse una cerveza delante de su propio entrenador en el Dinamo de Zagreb hasta jugar un amistoso con Croacia siendo positivo en Covid en pleno 2020 o el fantasma de los amaños por apuestas, muchas han sido las situaciones en las que se ha visto envuelto. Y de todas ha salido airoso.
Ídolo para la afición del Dinamo de Kiev, al que dio una Liga que terminó con un lustro de tiranía del Shakhtar Donetsk en Ucrania, su escándalo más sonado se produjo en pleno Mundial de Rusia de 2018. El que implicó el salto definitivo de Croacia a la zona noble del fútbol mundial. Allí, en los cuartos de final frente a la anfitriona, mandó a la red una asistencia de Luka Modric en la prórroga y, después, convirtió el cuarto penalti de la tanda. Un lanzamiento al que se ofreció él mismo cuando vio que, por motivos de los cambios, su seleccionador sólo contaba con cuatro especialistas desde los 11 metros.
Tras la victoria, no se le ocurrió otra cosa que grabar un vídeo con el grito “Slava Ukrainia” -Gloria a Ucrania-, que varios años después recorrería el mundo con motivo de la guerra que empezó hace dos años y dura hasta nuestros días. Le costó, de inicio, una advertencia de la FIFA por realizar un pronunciamiento político.
Acusado de “nazi” y “fascista” por la prensa y la afición rusas, Vida fue inmisericordemente abucheado y acosado por el público en el partido de semifinales frente a Inglaterra. Lejos de amilanarse, se creció y fue vital para el pase de Croacia a la final. Allí se disculpó “ante el pueblo ruso” por las palabras del vídeo y aseguró que era “un guiño” a sus muchos amigos ucranianos. En esa misma entrevista diría, sobre la final, que el corazón del equipo croata es “tan grande como Rusia”, en lo que para muchos fue un nuevo gesto de reconciliación y, para otros, una provocación.
Hoy, Croacia se enfrenta a Albania. Ambos necesitan los tres puntos para seguir vivos. Curiosamente, Vida nunca ha jugado frente a esta selección en su larga carrera internacional. Ya no es el central intocable que fue en Rusia 2018. De hecho, frente a España no pisó el césped. Pero los malos de las películas nunca mueren así como así.
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