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Militao basta para que el Real Madrid gane en Getafe (0-1)

El central marcó en un córner nada más empezar y después fue un muro atrás en un partido que los blancos controlaron con tranquilidad a pesar de lo corto del resultado

Los jugadores del Real Madrid celebran el gol de Militao en Getafe
Los jugadores del Real Madrid celebran el gol de Militao en GetafeBernat ArmangueAgencia AP

La Liga pasada el Real Madrid perdió en el Coliseum por culpa de un despiste de Militao que le hizo pagar Enes Ünal. Esta temporada, el central brasileño le dio la vuelta a su pasado en Getafe con un gol casi antes de empezar. Y seguro antes de que su equipo lo hubiera merecido, porque en el primer córner del partido aprovechó un buen bloqueo para dejar atrás a Mitrovic y girar el cuello ante el servicio de Modric. Si hace unos meses complicó a su equipo, ahora le ponía en el camino del triunfo, por si la puntería seguía tan fría como ante el Shakhtar. Y como frente a los ucranianos, el Real Madrid disfrutó del toque muy cerca del área rival, sin dejar que la pelota descansara y combinando y combinando hasta encontrar el hueco. Después de una de esas jugadas pudo hacer el segundo Rodrygo con otro cabezazo académico que está vez sí que sujetó entre sus guantes David Soria.

No era un Madrid arrollador, pero la realidad es que no le hacía falta. No proponía el Getafe un duelo frenético y en este mes de octubre los partidos se acumulan y los esfuerzos también, así que toda la energía que se pueda reservar es bienvenida.

Los blancos controlaban la situación sin agobios, más allá de un centro chut de Angileri al que no llegó Borja Mayoral a pesar de que se lanzó con todo. Ahí pudo Lunin tocar la primera pelota con las manos, algo que no hizo en todo el primer tiempo. El ucraniano sigue cubriendo la baja de Courtois y hasta el descanso el Getafe sólo le exigió con los pies, en realidad sus compañeros para sacar el balón jugado. La mayor parte del tiempo la defensa blanca estaba muy lejos de él y las cosas interesantes sucedían en el otro lado del campo. Allí no estaba otra vez Benzema, pero su equipo se las apañaba para generar ocasiones y disparos, con Rodrygo otra vez centrado como delantero y Vinicius buscando unos espacios que en el Coliseum no sobran. Le faltaron unos milímetros al brasileño para sentenciar, pero por una brizna de césped se le escapó la pelota por la línea de banda antes de que forzara un penalti segundos después. El VAR dio la alarma y ahí quedó la primera gran aparición del brasileño.

Nada más volver del vestuario sí tuvo que mancharse las manoplas Lunin ante un disparo de Aleñà, justo antes de que Soria le negase a Tchouaméni el segundo tanto visitante. Quique no modificaba su plan de cinco defensas y tres centrocampistas a pesar de llevar ya mucho rato perdiendo. Tener al Madrid a golpe de vista en el marcador era suficiente, mientras los blancos carburaban a un ritmo cómodo de pulsaciones con un doble pivote tan joven como francés y Modric poniendo el toque y la experiencia que las noches previas había corrido a cargo de Kroos. De las botas del croata nació la jugada de lo que parecía el segundo tanto del Madrid, esta vez sí, pero otra vez no. Conectó con Valverde y de rebote le llegó la pelota a Rodrygo, que no se puso nervioso ante Soria con una vaselina. Lo que pasa es que estaba un poco adelantado, así que todo seguía igual.

Los cambios de Quique no alteraron las pulsaciones del Getafe, que se mantenía en su guion en busca de una acción que cambiara su suerte. Había mucha calma y el Madrid lo tenía controlado, pero siempre que el reloj avanza la intranquilidad crece con el marcador tan apretado. Los blancos eran mejores y tenían más ocasiones pero un error te condena. De que no se produjera se encargó Militao, que después de abrir el marcador en el área contraria cerró la suya con uno de esas actuaciones en las que parece insuperable. Se convirtió en un muro hasta que le dejó el sitio a Nacho para descansar un poco ante lo que viene. Dos saques de esquina fue lo único que propuso el Getafe, mientras el argumento se parecía cada vez más al del Shakhtar, con un marcador más corto del que se merecía aunque sin los fuegos artificiales del otro día en la Champions. Este Madrid fue más práctico para sacarse de encima una visita siempre incómoda a un rival que tenía varios delanteros criados en Valdebebas: primero Mayoral y luego Latasa, pero ninguno encontró la forma de hacer daño a su equipo del alma.