
Entrevista
Gedeón Guardiola, otra leyenda de los Hispanos que se retira: "Con 40 años ya es suficiente, he disfrutado muchísimo"
Ganador de nueve medallas, anuncia su retirada a final del temporada y recuerda sus inicios con su hermano Isaías, el duro paso por Alemania, el oficio de "especialista defensivo"... "Por mucho que la mente quiera, el cuerpo lo nota", admite

“Me pillas estudiando”, dice Gedeón Guardiola (40 años, Petrer). Pivote y especialista defensivo, le quedan unas pocas asignaturas de Psicología y unos pocos partidos en el Nava, su equipo actual, después de haber estado entre 2012 y 2024 en Alemania (Rhein-Neckar Löwen, TBV Lemgo, HC Erlangen), tras sus comienzos en el club de su pueblo, Petrer, en el Valencia, el Teucro, el Ciudad de Logroño y el Portland San Antonio. Es una leyenda del balonmano español, ganador de nueve medallas con los Hispanos en una selección inolvidable, quizá irrepetible, cuyos jugadores van colgando las zapatillas.
Antonio García, Joan Cañellas y ahora usted han anunciado este año su retirada.
Es normal, es ley de vida. El cuerpo, por mucho que quiera la mente, al final lo nota. También creo que está bien dejarlo en un momento en el que físicamente te encuentres bien, pero que seas consecuente con tu cuerpo y digas: “Me voy a apartar y dedicarme a otras cosas”. Creo que ha llegado el momento, con 40 años, ya es suficiente, he disfrutado muchísimo del deporte.
¿Se sigue divirtiendo jugando?
Sí, jugando, compitiendo y entrenando. Todos los días voy a entrenar con muchísimas ganas y creo que mis compañeros lo pueden corroborar, que sigo entrenando con ganas. En ese sentido me veo igual que hace cinco años cuando estaba en la Bundesliga entrenando a muerte; con motivación, intentando cuidarme para llegar bien a los partidos... Esas rutinas no se dejan de hacer.
Ver a alguien que ha ganado todo con esa actitud pondrá las pilas a sus compañeros...
No sé... Supongo que mis compañeros aquí en Nava lo valoran, y quizá les sorprenda que cómo este tío con tantos años sigue viniendo con tantas ganas, pero espero que sea el mensaje que les transmito, y en parte es lo que necesito y lo que quiero transmitir: que sigo con muchas ganas y aportando cosas buenas al equipo.
En el vídeo en el que anuncia el adiós habla de su carácter. En pista se veía, pero fuera no daba esa impresión.
Yo entrenando también soy muy exigente conmigo mismo, cuando fallo, cuando no puedo hacer unas defensas buenas, y exijo también a los compañeros cuando a lo mejor tácticamente no ha salido como esperábamos. Me fastidia, y yo soy más impulsivo. Por eso pido disculpas en el vídeo, ha sido un poco un guiño a mis compañeros, porque muchos me destacaban por esos enfados, pero siempre me han respetado. Creo que ese carácter me ha llevado donde me ha llevado y espero que ellos dentro de unos años se den cuenta de que ese carácter puede ser una forma de llegar.
También habla de su hermano gemelo Isaías, con el que ha compartido varios equipos, también ahora en Nava. ¿Empezaron juntos?
Sí, sí. Descubrimos el balonmano juntos en el cole, en la misma clase de gimnasia, después nos apuntamos. Al ser gemelos, íbamos a casi todos lados juntos, y descubrimos el balonmano y nos enamoró a los dos a la vez. También hacíamos otros deportes, pero los dos decidimos dejarlos para focalizarnos más en el balonmano, porque era lo que más nos gustaba. Fíjate que no era un deporte conocido en la familia, nadie lo practicaba, pero a partir de ahí incluso mi primo mayor también empezó a jugar a y ahora nuestros hijos están ahí metidos. Yo recuerdo siempre tener una pelota, bajar a la calle con una pelota, en casa con pelotas de espuma nos metíamos en el pasillo a jugar. Siempre nos ha gustado el deporte, imagínate: dos bicicletas, dos raquetas... Todo pares. En verano siempre estábamos en la calle, con el deporte. Era raro vernos sin hacer deporte.
"Al principio en Alemania fue duro: eran más fuertes físicamente, el idioma, el cansancio era brutal, pero a base de palos aprendes y lo metes en tu ADN"
También le tocó la época de crisis de la liga, y tuvo que emigrar a Alemania. ¿Fue duro?
Yo lo recuerdo al principio muy duro, por suerte me fui con mi hermano también para Alemania, pero el cambio fue duro, veías que físicamente eran mejores, los entrenamientos eran mucho más duros, el cansancio era brutal, pero tenía otras partes buenas, como la disciplina que hemos aprendido, el idioma, su cultura, sus rutinas, a las que nos adaptamos y que estamos intentando traer aquí. Pues eso: cenar antes, no dormir siestas, esas historias, pequeñeces. Lo hicimos en Alemania y nos gustaba. Pero el inicio fue duro, porque no te entiendes con las personas por el idioma, situaciones que a lo mejor para ellos son normales y para ti no, pero, bueno, a base de palos y del tiempo, aprendes, y te lo metes en tu ADN.
¿Le costó el idioma?
Sí, sí, costó muchísimo. Encima, yo era un chico que el inglés... No estaba tan de moda como ahora aprender idiomas, en nuestra cultura española aprender un idioma no era tan importante, no se le daba valor, pero sales fuera y te das cuenta. Me costó muchísimo aprender el alemán, pero cuando ya me supe defender es muy satisfactorio y gratificante.
Tiene nueve medallas con España. ¿La más especial?
La olímpica [bronce en Tokio 2020] y el título en el Mundial de España [2013] son de las más bonitas. Fui parte también de los dos únicos oros Europeos que tiene España [2018 y 2020], el primero, muy bonito porque perdimos dos partidos y supimos rehacernos. Todas las medallas con España son bonitas.
¿Con qué se queda de todo este camino?
Supongo que con los amigos que tengo en el balonmano... Ha sido brutal. No te das cuenta hasta el momento en el que anuncié la retirada. Es verdad que cuando hemos ganado medalla, muchos me han llamado, pero ha sido mucha más gente ahora con el tema de la retirada, gente que hacía muchísimos años que no veía o que no hablábamos, y me ha hecho muchísima ilusión. Ir por el mundo jugando campeonatos y saber que en esa ciudad vive un excompañero tuyo y llamarlo y dejar lo que estás haciendo, tomar un café con él y recordar antiguas historias, para mí eso es la leche.
Le abruma incluso.
Sí, sí. Llegó un momento en el que decía: “Tanto halago para mí, no sé... Tampoco soy para tanto”. Ja, ja. Incluso salí en la tele cuando hice el anuncio, me lo decían los compañeros del Nava y yo, bueno, pues no sé.
"El balonmano antes no era tan rápido y se valoraba ser especialista defensivo. Por suerte, coincidí con Viran Morros y desde el primer día fue un camino de flores"
¿Cómo se lleva lo de ser especialista defensivo?
Por suerte, en mi vida he coincidido con Viran Morros, que también era especialista defensivo, y en esa época ser especialista defensivo estaba valorado, el balonmano no era tan rápido como el de ahora y las transiciones no eran tan importantes en el resultado de un partido como ahora, y teníamos mucho peso. Se valoraban las defensas duras, de blocaje, de recuperación de balón, donde podíamos correr los contraataques fáciles; teníamos extremos muy rápidos en la selección. Se me valoró mucho y tuve la suerte de vivir con Viran, que tiene mucha más experiencia que yo, aunque parezca que vamos a la par. Su formación ha sido con jugadores mucho más experimentados que yo. Con Viran ha sido una química especial, porque no nos conocíamos y desde el primer día fue un camino de flores con él.
Casi con una mirada se entendían...
Sin hablar prácticamente. Éramos compañeros de habitación y la gente creía que hablábamos de balonmano 24 horas, pero eran un par de detalles viendo vídeos sobre un jugador, sobre otro, en partidos importantes, pero no mucho más.
Todos los entrenadores los últimos años decían la misma clave: defensa y contraataque.
Ahí está la prueba. Durante nuestro tiempo en la selección pasaron tres entrenadores [Valero Rivera, Manolo Cadenas y Jordi Ribera] y todos han contado con nosotros. En otras posiciones no ha pasado, y eso quiere decir que hemos trabajado bien, y tuvimos la confianza de los tres.
¿Piensa en el futuro ahora?
Voy a disfrutar de lo que me queda, volver a casa con la familia, porque estoy solo aquí en Nava, mi mujer y los nenes están viviendo en Elda y en Petrer. Ahora vamos al Palau [el Nava jugó el sábado contra el Barça, perdió 40-32] y tengo ganas de vivir mi última experiencia allí en el Palau, que han sido partidos chulos. Por suerte he jugado Champions y Liga. Jugar contra los mejores del mundo siempre es una motivación.
¿Cómo va la carrera de Psicología?
Me faltan unos cuantos créditos, asignaturas de tercero; de cuarto he aprobado unas cuentas. Tengo tres de segundo año que a ver si ahora en julio las apruebo. Me queda todavía.
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