Torneos de Golf

Tiger, una vuelta al pasado

Acabó con -5 y hoy podrá pelear por la jarra. Rose iguala el récord del campo

Tiger está dispuesto a dar guerra en la última jornada del Abierto Británico
Tiger está dispuesto a dar guerra en la última jornada del Abierto Británicolarazon

Acabó con -5 y hoy podrá pelear por la jarra. Rose iguala el récord del campo.

El viernes abandonó Carnoustie convencido de sus posibilidades tras dos jornadas a la par del campo. Anoche se marchó pensando que quizá no gane el torneo, pero no duden que va a apurar todas sus opciones. Los de arriba no fallan (Spieth, Kisner y Schauffele), pero Tiger está al acecho. Si la precisión, la colocación y la fuerza que tuvo ayer se repiten hay partido. Y si no gana, recordaremos para siempre la gama de golpes que nos ofreció en la tercera jornada. El tercer golpe del 18 fue un prodigio. La bola se paró a un metro de la bandera –podría haberse ido al agua– y la ovación fue sonora. Terminaba su recorrido con (-5) después de encadenar tres «birdies» seguidos (9, 10 y 11), ya había hecho dos antes (4 y 6), por lo que tenía opciones de igualar el récord del campo (-7), que el británico Rose había conseguido una hora antes. Sin embargo, la progresión se truncó en el 16, repitió el «bogey» del segundo día y se tuvo que conformar con (-5), como premio a su mejor versión en los últimos torneos.

Si Tiger ha vuelto –siempre esperando a lo que pase hoy porque ayer sin viento las condiciones del campo fueron extraordinarias– al mencionado Rose habrá que felicitarle por su remontada. A sus 37 años y con su 1,91 de estatura, el inglés, nacido en Johannesburgo, pero criado en Hampshire a donde llegó con cinco años, igualar el récord del campo le supo a gloria. Pasar de 72 y 73 a 67 golpes demuestra que su juego sufrió una transformación radical. Muy certero con el «putt» no perdió oportunidad para embocar bolas a un metro. Así se fue gestando su hazaña. No parece que sus (209 golpes) le den la oportunidad de pelear por la jarra. Si mantiene las constantes y su regularidad estará, quizá, entre los diez primeros.

Rafa Cabrera comenzó muy bien. Dos «birdies» de salida, pero el «bogey» en el 6, un par cinco donde mandó la bola fuera de límites, le descentró. Perdió la concentración y al final «fue una sangría» como él mismo reconoció. Sus 76 golpes (+5) para un total de 220 le dejan en evidencia. No fue su día.

Spieth, ganador del año pasado, quiere repetir. Hizo 65 golpes y comanda la clasificación. Ahora es el gran favorito.