Natación
Mireia Belmonte, ante lo ¿imposible?
Sin la preparación idónea y con 30 años, el rendimiento de la campeona española es una incógnita
«La presión siempre me la pongo yo y estos Juegos los afronto igual, sé que no voy de vacío y que he hecho una buena preparación. No me voy a exigir menos porque no haya sido un año perfecto», dijo Mireia Belmonte en #SantanderTalks. Se exige la nadadora catalana, la todavía actual campeona olímpica en 200 mariposa, prueba que no podrá disputar en Tokio, pero estos Juegos serán distintos para ella desde el principio. Para empezar, por la maleta, en la que tuvo que meter el traje de la ceremonia inaugural, en la que nunca había estado porque al día siguiente ya tenía competición. Debutó en ese momento tan emblemático en su cuarta participación olímpica, pero es que era la abanderada. El día anterior la mente estaba puesta en la piscina y durante la rueda de prensa que dio junto a Craviotto hizo un pequeño paréntesis: «No sé si queda mucho, lo siento de verdad, pero es que me tengo que ir a la cama en una hora», dijo Mireia. Todavía se está adaptando al horario y como es costumbre, el día después de la ceremonia le toca nadar la primera de las tres pruebas que va a disputar en la capital de Japón, los 400 estilos, en los que en Río logró el bronce. Además, lo hará en los 800 y los 1.500 libre, además del relevo 4x100 estilos.
Es un calendario mucho más corto del habitual para ella, que solía hacer estas seis pruebas para pasarse prácticamente la semana entera en el agua. Hace cinco años, en Brasil, Mireia iba a por todas porque sabía que la preparación que había tenido había sido brutal, y se trataba de plasmarlo en la piscina. Pero ahora está un poco más ante lo desconocido, después de que las lesiones en la zona inguinal y en el hombro le hayan hecho ir entrenándose a tirones. Ella más que nadie sabe que la clave de todo está en el trabajo y no ha podido hacer el habitual.
Es una deportista que siempre se empeñó en demostrar que la edad no era un impedimento en un deporte en el que a los 30 que tiene ya suelen estar retirados. Cuando ganó el oro en Río con 25 ya era la más veterana en haberlo hecho en la historia en esa distancia. Es otro obstáculo que tiene la nadadora española, que ha hecho historia en los Juegos: los de 2008 fueron los primeros y pagó la novatada, en 2012, ya a las órdenes de Vergnoux, ganó dos platas y en 2016 llegó a la cima. En 2017 cerró el ciclo con el oro mundial. Fue su última gran competición.
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