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La pesadilla de los futbolistas del Reus: «Empiezas a perder peso, tienes ansiedad...»

Otros cinco jugadores del club catalán quedaron libres tras tres meses sin cobrar. La situación de los trabajadores es inaguantable. El club de Segunda camina hacia la desaparición

Tito Ortiz dejó de ser futbolista del Reus hace unos días. Ahora, a sus 33 años, busca equipo para enero
Tito Ortiz dejó de ser futbolista del Reus hace unos días. Ahora, a sus 33 años, busca equipo para enerolarazon

Otros cinco jugadores del club catalán quedaron libres tras tres meses sin cobrar. La situación de los trabajadores es inaguantable. El club de Segunda camina hacia la desaparición.

Los jugadores del Reus empezaron a dejar sus casas y compartir pisos y gastos. Tenían que recortar de todos lados y buscar el modo de pagar hipotecas, alquileres, gasolina o el colegio de los niños. Tenían que buscar dinero porque el club no les pagaba. «Tienes que ir a trabajar como si no pasase nada. Tienes ansiedad, pierdes peso y no sabes cómo va a ser tu futuro», cuenta uno de ellos. La AFE, la asociación de futbolistas, da un préstamo sin interés a los futbolistas que en esta situación lo piden y que se tiene que devolver cuando se vuelvan a pagar las nóminas. Por ahí han ido tirando. Porque lo de cobrar, lo dejaron de hacer en agosto. Ésa fue la última nómina de un club que empezaba su tercera temporada en Segunda, que parecía adaptado a la categoría y en el que los jugadores querían quedarse o ser fichados. Un lugar modesto, pero con algunas aspiraciones, que pagaba y que competía. Un buen sitio para ser profesional.

Ayer, sin embargo, dio el siguiente paso hacia su desaparición, puede que ya el penúltimo. Como por la mañana el club no había pagado, cinco jugadores que habían pedido el procedimiento abreviado quedaron libres para fichar. Dos, Shaq Moore y Mikel Villanueva, cedidos por el Levante y el Málaga regresan a ellos. Edgar Badia, Vítor Silva y Fran Carbiá ya pueden buscarse equipo y esperar a que el club o la Liga les paguen su sueldos a final de temporada. Eso es lo que está haciendo Tito Ortiz, libre desde hace unos días, de 33 años y con la incertidumbre como único modo de vida: «Tengo que buscar algo, en Segunda es complicado, tendré que bajarme a Segunda B o en el extranjero», cuenta entre indignado, triste y desesperanzado. Ha jugado en el Gramenet, en Polonia, en el filial del Espanyol, estuvo algún tiempo sin cobrar en el Benidorm. Creía que ya había visto todo lo que se podía ver en el mundo del fútbol. «Un mes sin cobrar puedo tirar, dos ya voy algo justo», cuenta. Por eso pidió ayuda al club. Pero no recibió respuesta. No hay respuesta, no hay dinero y no hay, tras las salidas de ayer, casi futbolistas (ya sólo quedan doce jugadores, puede que en enero sean 10).

Fue en agosto cuando el Reus cambió de cara de repente, para sorpresa de todos, también de la Liga, garante final de los sueldos de los jugadores, pero sólo de los jugadores. El 25 de ese mes, el club comunica que por el control económico algunos no podían ser inscritos en LaLiga. Tito Ortiz, Vitor Silva, Yoda y Lekic, que se marchó al Cádiz. «Nos dijeron que hasta enero estuviéramos tranquilos», cuenta Tito Ortiz. «Pero tengo 33 años, no voy a jugar nada en la primera vuelta y en la segunda sé que me ya va a ser difícil entrar».

Es un problema grave, pero secundario cuando en septiembre no cobra nadie y en octubre tampoco. El Reus hace público que tiene una deuda cercana a los cinco millones de euros: 2.200.000 euros en deuda vencida, crédito ordinario, administración pública, sueldos y salarios y 2.800.000 en deuda bancaria. «Nuestra situación financiera es delicada», asegura Oliver, el propietario.

En noviembre tampoco se paga y los futbolistas comienzan el procedimiento abreviado, que pide tres meses de deudas antes de poder ponerse en marcha. En tres días te tienen que pagar y si no lo hacen, quedas libre para buscar equipo. Sólo pueden presentarlo 12 jugadores y lo hacen Tito y otros 11. LaLiga se ofreció a poner el dinero y que siguieran compitiendo, pero sólo cobrarían los futbolistas, ni el cuerpo técnico, ni otros trabajadores. Los jugadores se niegan.

El club consigue pagar a esos 11. Tito queda libre y sin equipo y sin nóminas puede que hasta junio. De los otros miembros de la plantilla que no han cobrado por no poder estar en ese procedimiento por el límite de 12, cinco lo inician. Ayer no les pagaron y quedan libres. Si no es el principio del final, se parece bastante.