Fútbol
La limpieza del "rubialismo" continúa: la Federación destituye a Miguel García Caba, jefe de Integridad
Es el segundo alto cargo que cae en la RFEF tras la salida del secretario general Andreu Camps
La limpieza del "rubialismo" en la Real Federación Española de Fútbol no ha hecho más que empezar. A la salida de Andreu Camps, ex secretario general de la RFEF, se ha sumado el despido de Miguel García Caba, según adelantó "El Mundo". García Caba era el responsable del Área de Integridad en la Federación y era uno de los cargos señalados por las futbolistas internacionales en su comunicado de denuncia en el que exigían cambios y salidas en la Federación.
García Caba era el responsable del departamento que se encargó de elaborar un informe sobre el "piquito" de Luis Rubiales a Jenni Hermoso durante la ceremonia de entrega de premios del pasado Mundial. Su salida no será la última de altos cargos relacionados con el anterior presidente de la RFEF.
Mientras, el Instituto de las Mujeres ha denunciado la discriminación salarial que sufren las futbolistas españolas, que ganan un 90 por ciento menos que sus homólogos hombres en el fútbol profesional, y ha reclamado medidas para erradicar esta situación. En un comunicado, el Instituto de las Mujeres se ha referido a la polémica suscitada tras el beso en la boca del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales a la jugadora Jenni Hermoso y ha apuntado que "el acoso sexual junto con otras conductas contra la libertad sexual y la integridad moral en el trabajo son expresiones de violencia que atentan contra diversos derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Española".
Este organismo dependiente del Ministerio de Igualdad añade que "el acoso sexual o por razón de sexo no es la única forma de discriminación de género que obliga a las empresas y entidades adoptar medidas activas para su erradicación". Y se refiere en este punto a la demanda de las jugadoras, que plantean una mejora en su salario anual que actualmente es de 16.000 euros, tratando de ampliarlo hasta 21.000 euros (frente a 186.000 euros de los futbolistas hombres). Esta diferencia salarial es, para el Instituto de las Mujeres, "un claro ejemplo de discriminación por razón de sexo".
Además, apunta que cualquier instrucción a las trabajadoras que imponga "obligaciones individuales bajo amenaza de sanción cuando se está demandando un espacio de negociación colectiva podría imposibilitar un diálogo igualitario, y está muy lejos del espíritu de nuestra legislación".
También advierte de que la exclusión de una trabajadora que ha denunciado una situación de acoso de la realización de una actividad profesional "tampoco es una práctica amparada por nuestra legislación, ni coadyuva a crear estas condiciones básicas para un diálogo igualitario". "Defender el cumplimiento de la legislación vigente en materia de igualdad y en materia laboral, y buscar la solución más razonable hacia los intereses de unas deportistas que ganan un 90% menos que sus homólogos hombres en el fútbol profesional español, no debería o tendría que ser negociable", señala el comunicado del Instituto de las Mujeres.
Y celebra que las jugadoras y campeonas de fútbol "con este alarde de acción colectiva inteligente, valiente, respetuosa con sus distintas posiciones internas, están dando una lección internacional de que los avances en igualdad se juegan en el terreno y que hay que jugarlos". "Con sus acciones, están marcando un punto de no retorno para nuestra sociedad en lo que a las relaciones de género se refiere", subraya.
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