Manchester City: Crisis en el oasis de Guardiola

En el fútbol, nadie está libre de una crisis. Ni siquiera aquellos que cada año invierten millones en fichajes, tienen los presupuestos más altos de todo el mundo y cuentan con estrellas en su plantilla. Y eso es lo que le está ocurriendo al Manchester City de Pep Guardiola. Si en un primer momento se habló de un par de episodios puntuales de malos resultados, ya no sirve ese discurso. Es la primera vez que los celestes encadenasen cuatro derrotas seguidas en apenas diez días con el entrenador de Santpedor al mando. La remontada del Brighton en apenas cinco minutos ha encendido todas las alarmas en la suntuosa nave de los 'citizen'. Esto no pasaba desde 2006.

Esa última derrota duele especialmente en Manchester, porque el partido iba más o menos bien -al menos en el marcador-, y supondría la reacción tras una dura goleada en Champions frente al Sporting de Lisboa. Un 4-1 en contra que Guardiola llevaba mucho tiempo sin tener que digerir. Pero no, el Brighton no pagó los platos rotos. Más bien logró hurgar en la herida de un equipo que estaba tan acostumbrado al triunfo que parecía haber olvidado lo difícil que era.

Ahora los celestes son segundos en la Premier, pero se les ha ido a cinco puntos un Liverpool que está demostrando una solidez enorme. Y en poco más de dos semanas llega el duelo directo entre ambos en Anfield, el próximo 1 de diciembre. Un arma de doble filo, porque el City tiene en su mano recortar tres puntos si gana, pero como pierda el bache puede ser ya muy difícil de recuperar con hasta ocho puntos de desventaja con la Liga cerca ya del ecuador.

Sobre todo, la gran diferencia respecto al año pasado está en el aspecto defensivo. En estos once partidos, el City ha encajado 13 goles. La temporada 2023/24 por estas fechas había recibido ocho. En cambio, el aspecto anotador se mantiene prácticamente igual. Es la facilidad para conceder tantos en contra lo que les ha hecho un equipo más vulnerable, junto con el ya comentado subidón de nivel del Liverpool.

Lo cierto es que el bache empezó como una pesadilla de Halloween, en la EFL Cup contra el Tottenham. Un 2-1que bajó a los de Guardiola de la competición en octavos de final y supuso el inicio de este carrusel de cuatro derrotas seguidas que no tiene precedente. Es verdad que las numerosas lesiones tampoco están ayudando precisamente. Rodri, Akanji o Nunes son algunos de los nombres importantes de los que no puede disponer Pep en estos momentos.

Sea como fuere, en Champions las cosas no están mucho mejor. El equipo tiene margen, es cierto, pero ahora mismo está fuera del grupo de ocho que pasaría directamente a octavos de final. Décimos a falta de cuatro jornadas, su rival en la eliminatoria de transición sería el Atlético de Madrid o el PSV en caso de acabar así. Y con lo loca que está siendo esta fase Liga, desde luego no estar dentro de ese grupo de ocho de cabeza puede implicar encontrarte con un 'coco' para jugarte el pase.

Si ya lo deportivo no está muy bien del todo, en lo puramente institucional la situación no es mucho más esperanzadora. Se sigue desarrollando el macrojuicio que podría derivar en una sanción histórica para el club. Un castigo que podría incluso llevar aparejado un descenso de categoría y, con él, la liberación de los jugadores. De momento la tormenta sigue lejos porque la resolución será en enero, pero en el horizonte se siguen viendo nubes.

Guardiola no ha querido poner paños calientes, aunque admite que no sabe “qué pasa”. De momento, quiere esperar a después del parón de selecciones y “resetear” para volver a encontrar la mejor versión de su equipo: “No sé qué tiene que cambiar, pero estaremos mejor solo por el hecho de que tendremos más jugadores para jugar”, dijo tras el encuentro frente al Brighton. De hecho, achacó la derrota a la “fatiga” de los futbolistas.

Ahora queda ver si es capaz de darle la vuelta a la situación. El partido frente al Liverpool se antoja vital para la carrera por la Premier, y en Champions hay margen para reaccionar, pero no para volver a equivocarse. Pero este City es la prueba fehaciente de que en el fútbol, ni siquiera los más grandes están libres de un cortocircuito. Veremos si dura mucho la crisis en el paraíso.