Champions

El Milan vuelve a sentirse grande

Empató en Nápoles (1-1) para regresar a las semifinales de la Liga de Campeones 16 años después

Los jugadores del Milan celebran la clasificación para semifinales
Los jugadores del Milan celebran la clasificación para semifinalesCIRO FUSCOAgencia EFE

El Milan se ha clasificado para las semifinales de la Liga de Campeones gracias a su empate (1-1) en casa del Nápoles, haciendo bueno el 1-0 de la ida para así regresar 16 años después a la penúltima parada por el título, y al mismo tiempo truncando el sueño de un rival lastrado por la presión y las lesiones.

Un gol del delantero francés Olivier Giroud, al borde del descanso tras un jugadón de su compañero Rafael Leão, dejó helado el Estadio Diego Armando Maradona en una noche que los locales ansiaban histórica para una dulce remontada y que, sin embargo, acabó tornando en completa amargura pese al gol de Victor Osimhen en las postrimerías del partido.

Avisó pronto el Nápoles, mediante una falta botada por Mário Rui con la zurda desde la frontal del área. Desviado el balón por la barrera, la jugada propició el primero de tres córners seguidos, diseñando un escenario similar al del arranque de la semana pasada en el Estadio Giuseppe Meazza. La salida fulgurante del equipo napolitano continuó en el minuto 13 con un zurdazo de Politano que se marchó al lateral de la red. Mientras el georgiano Khvicha Kvaratskhelia empezaba a dar muestras de su calidad con la pelota a los pies, en su habitual rol escorado a la banda izquierda, en el resto del ataque local faltaba pólvora.

De hecho, a su rival le hizo falta poco para enseñar uñas y crearse la primera gran oportunidad de peligro. En una estirada arriba de los "rossoneri", Leão se desmarcó hasta asomar por el balcón del área, controlando la pelota y siendo trastabillado por Mário Rui, que había calculado mal su carrera para achuchar al ariete portugués.

El polaco Szymon Marciniak decretó penalti, pero Giroud lo falló. Casi 11 años llevaba el atacante francés sin errar una pena máxima, pero esta vez se lo adivinó Alex Meret en el disparo a media altura. Aunque Giroud lamentó lo ocurrido, se recompuso y tuvo otra gran ocasión de gol escasos minutos más tarde, merced a un tiro de zurda que también repelió el guardameta del Nápoles.

Ambas oportunidades del "9" milanista fueron el preludio del 0-1, que él mismo anotó. Un mal control de Tanguy Ndombélé en zona ofensiva acabó con el balón entre las botas de Leão, que salió raudo al galope. En esa carrera se deshizo del propio Ndombélé, de Giovanni Di Lorenzo y de Amir Rrahmani hasta ceder un pase de la muerte a Giroud.

Noqueado por haber encajado ese gol justo antes del descanso, al Nápoles se le acumularon las malas noticias por las lesiones de Politano y de Mário Rui. Los cambios, para colmo, no surtieron efecto en la segunda mitad.

Al Milan le bastaba con no conceder espacios atrás, con replegarse sin sustos en el centro del campo y con ver pasar el cronómetro. Ni siquiera Kvaratskhelia hallaba resquicios entre los defensores rivales para amenazar. Hasta el minuto 63 no hubo sensación de agobio para los visitantes, debido a un despiste de Theo Hernández en un saque de esquina y que culminó Mathías Olivera con un cabezazo fuera. Los pupilos de Luciano Spalletti echaban en falta una dosis de confianza, situación que empeoró aún más tras un penalti fallado por el omnipresente Kvaratskhelia. En un centro lateral de Di Lorenzo a tres palmos del césped, el milanista Fikayo Tomori tocó la pelota con su brazo y eso parecía abrir la puerta a un desenlace de partido dramático. Nada más lejos de la realidad, Kvaratskhelia confirmó que no era su noche ante el portero rival Mike Maignan, que le detuvo el lanzamiento desde los 11 metros. En el tiempo añadido, Olivera la tuvo de cabeza en otro córner y exhibió falta de puntería nuevamente; Osimhen, en cambio, sí acertó luego con otro testarazo para poner el 1-1 definitivo.