Baloncesto
Muere Bobby Knight, legendario entrenador estadounidense y oro olímpico en Los Ángeles
Su temperamento, salidas de tono y títulos le convirtieron en una leyenda del baloncesto universitario en Estados Unidos. Era uno de los anfitriones de Antonio Díaz Miguel en sus viajes a USA. Ha fallecido con 83 años
"Cuando mi tiempo en la tierra termine quiero que me entierren boca abajo para que todos mis críticos puedan besarme en el trasero". La frase pertenece a Bobby Knight, legendario entrenador universitario estadounidense de baloncesto y técnico que dirigió a la selección de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Su deseo podrá hacerse realidad porque ha fallecido a los 82 años, según informó la universidad de Indiana en un comunicado.
Bobby Knight es uno de esos mitos de la NCAA que ahora estaría vetado en cualquier equipo colegial o profesional. Fue tres veces campeón de la Liga universitaria con la mítica Indiana (1976, 1981, 1987) y ganó 902 partidos como técnico sumando sus etapas en Army (1965-1971), Indiana (1972-2000) y Texas Tech (2002-2008). Es el sexto entrenador con más victorias en la historia del baloncesto universitario.
La leyenda deportiva de Bobby Knight comenzó en 1976 cuando sus "Hoosiers" de Indiana se proclamaron campeones de la NCAA con un registro de 32 victorias y ninguna derrota, un récord que sigue vigente desde entonces. Knight fue un maestro de una de las leyendas del baloncesto español, Antonio Díaz-Miguel. El que fuera seleccionador nacional realizaba viajes a Estados Unidos para empaparse del baloncesto estadounidense y Bobby Knight se convirtió en uno de sus grandes anfitriones. "Era el mejor entrenador no estadounidense de su época", dijo de Díaz-Miguel. También llegó a ser campeón universitario en 1960 con Ohio State, pero su trayectoria deportiva sobre todo es recordada por sus éxitos y su comportamiento en el banquillo. El oro olímpico ante España con una selección en la que se encontraban entre otros Michael Jordan, Sam Perkins o Pat Ewing fue el colofón a una trayectoria muchas veces salpicada por los escándalos, pero siempre con tintes geniales. En Portland todavía recuerdan cuando su mánager general le comentó a Knight que necesitaban un pívot en el draft de 1984 cuando tenían la posibilidad de elegir al número uno. ¿La respuesta? "Elegid a Michael Jordan y ponedle a jugar de pívot". Los Blazers apostaron por Sam Bowie.
De carácter colérico, autoritario y volcánico, tuvo innumerables polémicas con rivales, árbitros y jugadores incluso de su propio equipo. En su otro palmarés figuran desde el lanzamiento de una silla a la pista, que cruzó toda la cancha; su bronca a un jugador al que terminó agarrando del cuello; la agresión a un policía; la expulsión de su hijo del banquillo: su charla sobre la auténtica motivación de los jugadores -el estar sentado en el banquillo-; el 95 por ciento de sus jugadores terminaban graduados en la universidad; republicano confeso... hasta Donald Trump ha recordado en sus redes sociales la figura de un personaje irrepetible en el baloncesto mundial.
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