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Estados Unidos concluye un año de éxitos como primero de la Concacaf

La selección de Estados Unidos vivió un año histórico con la celebración de su centenario y el que no sólo consiguió las mejores marcas sino que también se clasificó por séptima vez consecutiva al Mundial y lo hizo como líder de la Concacaf.

Estados Unidos, que concluyó el hexagonal final hacia Brasil 2014 con marca de siete partidos ganados, uno empatado, dos perdidos y 22 puntos, reivindicó su condición de líder indiscutible del fútbol de su región ante el hundimiento de México.

El gran artífice del triunfo estadounidense ha sido el alemán Jurgen Klinsmann, quien se hizo cargo del equipo para iniciar en el 2011 un nuevo ciclo tras el que cerró Bob Bradley en Sudáfrica 2010.

Klinsmann, con serias dificultades iniciales, poco a poco vio cómo su proyecto de incluir a nuevos valores y a los mejores dio resultados.

No aceptó que nadie se sintiese seguro en la selección y, además, exigió un claro compromiso con el equipo, algo que le costó la retirada temporal al delantero Landon Donovan, que luego tuvo que aceptar las nuevas condiciones de Klinsmann y trabajar más duro que nadie para regresar.

De esta manera, Estados Unidos, con un fútbol de gran poder físico, excelente defensa y gran disciplina, fue siempre muy superior a todos los rivales de la Concacaf, donde sólo Costa Rica y Jamaica pudieron vencerlos, pero nadie consiguió quitarle el invicto como local.

Estados Unidos también se destacó en los amistosos de las últimas fechas FIFA, en las que empató 0-0 contra Escocia y cayó contra Austria por 1-0 con jóvenes valores a los que Klinsmann les dio la oportunidad que comenzasen su ciclo en la selección.

Pero el alemán ya tiene establecido el tipo de fútbol que desea desarrollar cuando lleguen a Brasil el próximo año y no es otro que mucha disciplina, lucha permanente, concentración y no dar por perdido ningún balón.

Las estadísticas también ayudan al balance de esta selección, que concluyó el 2013 con marca de 16 partidos ganados, tres empatados y cuatro perdidos, con un 76,1 de porcentaje ganador, el mejor de su historia, además de 28 goles de diferencia a favor (51-23), con promedio de 2,22 por partido.

"Nos sentimos orgullosos de toda la energía que pusimos durante todo el año y proceso de clasificación al Mundial porque, además, mejoramos en nuestro fútbol, dado que somos conscientes que en Brasil estarán los mejores", destacó Klinsmann.