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Nadal resuelve con autoridad su estreno en Wimbledon

Derrotó en tres sets (6-3, 6-1 y 6-3) al japonés Sugita. En segunda ronda le espera una amenaza seria: el histriónico Nick Kyrgios

Nadal celebra uno de los puntos ante el japonés Sugita
Nadal celebra uno de los puntos ante el japonés Sugitalarazon

Nadal ya está en segunda ronda de Wimbledon después de deshacerse del japonés Yuichi Sugita por 6-3, 6-1 y 6-3 en dos horas y un minuto. El siguiente rival de Rafa será el histriónico Nick Kyrgios. El australiano es uno de los pocos enemigos íntimos del número dos del mundo en el circuito.

Rafa tuvo el partido que necesitaba ante el número 274 del mundo. El sorteo deparó una primera ronda cómoda, el único día tranquilo ante lo que se avecina, y el español lo aprovechó para sumar su primera victoria en hierba de la temporada. Después de las derrotas (Cilic y Pouille) en las exhibiciones de Hurlingham, Nadal llegó al estreno con buenas sensaciones en los entrenamientos. El japonés estaba ante el partido de su vida y se convirtió en un buen sparring. Rafa resolvió el primer set en 43 minutos y con el impulso logró un par de breaks en el segundo que le dieron la tranquilidad necesaria para afrontar el resto del partido sin urgencias. Lejos de la central, en la pista tres, el dos veces campeón en Wimbledon superó el estreno sin dificultad en espera del primer gran compromiso. Será el jueves en segunda ronda ante Nick Kyrgios.

El australiano es uno de los pocos jugadores del circuito que puede presumir de un balance equilibrado de victorias/derrotas con Rafa (3/3). Este año le derrotó en la pista dura de Acapulco y a partir de ahí llegó el intercambio de mensajes por la particular actitud de Kyrgios en la pista. «Creo que es un buen chico, pero le falta un poco de respeto al público, hacia el rival y hacia sí mismo también. Es un jugador que tiene un talento descomunal. Podría ganar Grand Slams y pelear por las primeras posiciones del ránking, pero por algo está donde está», comentó Nadal. La respuesta no se hizo esperar: «Rafa no me conoce y no voy a escuchar lo que me diga. Cada uno es cómo es. Por ejemplo, él es muy lento a la hora de sacar y la regla dice que tienes que darte prisa y él traspasa la norma. Pero no me voy a meter en cómo juega». Y hubo más: «No sé cuánto respeto muestran los demás a Rafa, pero no voy a respetar realmente a alguien sólo porque pueden golpear una pelota por encima de la red, eso no es suficiente para que yo los respete».

Ajeno a esa guerra, Roger Federer tuvo un arranque dubitativo ante el surafricano Lloyd Harris, un novato en Wimbledon. El suizo ha llegado a Londres después de ganar su décimo título en Halle y apareció en la central desenchufado. Cedió el primer set, pero el susto duró poco. Terminó imponiéndose por 3-6, 6-1, 6-2 y 6-2 en una hora y 51 minutos. Federer reaccionó de forma fulgurante ante el jugador de Cape Town de 22 años, 86 del mundo, para ganar su partido 96 en este torneo, el 182 sobre hierba y el 348 en un Grand Slam.

La sorpresa de la jornada, aunque ya a estas alturas de la temperatura quizá sea demasiado decir, fue la derrota de Garbiñe Muguruza. La exnúmero uno del mundo se estrelló ante la brasileña Beatriz Haddad Maia (6-4 y 6-4), número 121 del ranking mundial. Garbiñe volvió a demostrar que está lejos de su mejor momento y no superó la primera ronda en su séptima presencia en Wimbledon, algo que solo le había ocurrido en 2014. La jugadora de Caracas, que no jugaba un partido oficial desde hace un mes en París, empezó ganando los dos primeros juegos, pero fue un espejismo, ya que el resto del encuentro siempre fue a remolque y acabó perdiendo después de una hora y media de encuentro ante una rival procedente de la fase previa. El año de Garbiñe en los Grand Slams está siendo especialmente flojo. Cayó en cuarta ronda en el Abierto de Australia y en Roland Garros y en Londres no ha superado la primera ronda.

Carla Suárez es la única superviviente española en el cuadro femenino. La canaria derrotó a la australiana Samantha Stosur, campeona del Abierto de Estados Unidos en 2011 y finalista de Roland Garros un año antes, por 6-2 y 7-5.