Fútbol

El Betis pierde más que dos puntos ante el Getafe: pierde a Isco (1-1)

La lesión del centrocampista malagueño ensombrece el empate contra el equipo de Bordalás

Isco, en el momento de su lesión
Isco, en el momento de su lesiónAFP7 vía Europa PressEuropa Press

La Liga de este Betis, disminuido por las bajas a pesar de la campaña de refuerzos invernal e irregular, está cantada desde antes de Navidad. Se batirá en el pelotón de los burgueses por esos premios de consolación que son la Europa League y la Conference, ya que el grial de la Champions está a gran distancia. Habría estado bien ganar, habría sido un desastre perder y lo deja igual el empate en esa pelea. El problema es que se lesionó Isco a diez días de jugarse los dieciseisavos europeos contra el Dinamo de Zagreb y eso sí que no tiene remedio.

El astro malagueño había nivelado de penalti el tanto que había desequilibrado nada más empezar Greenwood también desde los once metros. Era uno de esos partidos ordinarios que el Betis, al calor del Villamarín, suele resolver a última hora. Y por eso persiguió Isco, ya en los diez últimos minutos, un balón al que no llegaba sólo para convertir en saque de banda el saque de meta y así poder presionar al Getafe. Pero crujió el isquiotibial del mediapunta –inconfundible el gesto de presión refleja de la mano detrás del muslo– y pidió el cambio de inmediato. Aplastada por el disgusto, la tropa de Pellegrini firmó las tablas contra el valeroso equipo de Bordalás pese a que, descuento incluido, quedaban veinte minutos.

Los primeros minutos fueron los más atractivos de la tarde. Sin delantero de oficio por no disponer aún de los recién fichados Chimy Ávila y Bakambu, el Betis no dispuso a nadie en punta, donde se permutaban Assane Diao y Fekir. El francés, servido por Isco, debió abrir el marcador a los tres minutos, pero salvó Alderete a los madrileño a portero batido. Enseguida, Greenwood eliminó a Abner, que lo trabó en el área. Penalti claro que el compatriota, nunca amigo, de Bellingham convertía en el 0-1.

Yellu estrelló un balón en el poste en los minutos de mandanga bética que siguieron al gol, aunque lo cierto es que Bordalás perdió la ventaja víctima de su propio conservadurismo. Metió a todo el equipo atrás y Latasa, delantero que defiende con la pericia del pez fuera del agua, le arreó una patada innecesaria a Johnny Cardoso que el VAR sancionó, justamente, como penalti. Empató Isco y hasta que el goleador se lesionó, ambas escuadras libraron una vibrante guerra de guerrillas. Quizá poco vistosa para el espectador amanerado de estos tiempos de decadencia y tiki-taka, pero... ¡qué bonito es ver a veintidós tíos morderse en cada centímetro del campo! El empate fue justo, si se quiere, por lo injusto que habría sido que cualquiera de los dos perdiese.