Vuelta a España

El regreso silencioso del landismo

Llegó a la Vuelta con casi 34 años y sin ganas de correrla, pero está a la altura del mejor español de la carrera

LA CRUZ DE LINARES, 14/09/2023.- Los ciclistas españoles Juan Ayuso (i) de UAE Team Emirates y Mikel Landa (2i) de Team Bahrain Victorious durante la decimoctava etapa de la Vuelta Ciclista a España disputada este jueves entre Pola de Allande y La Cruz de Linares, de 179 kms de recorrido. EFE/ Pool Tim De Waele / Getty Images
Mikel Landa recibe los ánimos de un aficionadoPOOL Tim de Waele / Getty ImagesAgencia EFE

«No me quiero cargar el landismo ahora y ganar el Tour. Pero pueden estar tranquilos, que no lo ganaré», advertía Mikel Landa antes del comienzo del Tour. Pueden parecer las declaraciones de un perdedor, pero son sólo las palabras de un ciclista que se toma su leyenda con humor. La leyenda de un ciclista del que se espera siempre más, con un público que aplaude cada momento ilusionante con fervor. Los seguidores del landismo.

Landa no ganó el Tour, fue decimonoveno, y llegó a la Vuelta desganado, obligado por un equipo en el que ya no correrá la temporada próxima y a punto de cumplir los 34 años. Tan poco esperaba Mikel de esta Vuelta que ni siquiera sus padres, que lo siguen habitualmente, han aparecido por la carrera. Pero nada de eso ha impedido que siga estando a la altura del mejor español en la primera temporada sin Alejandro Valverde en el pelotón.

Las sensaciones de Mikel cambiaron después de la etapa de Javalambre, cuando se metió en la escapada que dio el liderato a Sepp Kuss. El ciclista alavés se vio entre los mejores de la general y se animó a seguir intentándolo. El landismo ha vuelto.

La etapa del Angliru era su objetivo y su equipo se puso a trabajar para él con la idea de ganar la etapa y de poner un poco de orden en una carrera que había quedado desgobernada ante la falta de jerarquías en el Jumbo. Ese día Mikel fue el único que se atrevió a desafiar el dominio de los corredores del Jumbo, el único que trató de sorprenderlo y acabó siendo cuarto en la etapa, el primero de los humanos.

Su pelea no era sólo por la victoria, también es la cuarta plaza que ahora ocupa Juan Ayuso y que tiene a 19 segundos. «Llegar al podio parece más difícil, pero el cuarto puesto está más cerca. Me motiva intentarlo», reconoce el corredor del Bahrain. Y lo demostró camino de La Cruz de Linares, donde atacó varias veces, pero siempre con Ayuso pegado a su rueda.

El recuerdo de 2015, otro final en la sierra madrileña en el que colaboró para que su compañero Fabio Aru diera la vuelta a la general y arrebatara el maillot rojo a Tom Dumoulin para subir a lo alto del podio en Madrid le motiva antes de la etapa de Guadarrama. Pero el recorrido es diferente. «Tengo un buen recuerdo de aquel día, pero los puertos son más cortos, más explosivos y será una etapa diferente», admite. «Me hubiera gustado más una etapa por la otra sierra de Madrid: Morcuera, Navacerrada y demás, pero es bonita», añade.

Mikel es uno de los dos únicos españoles en activo que ha subido al podio de alguna grande. Fue tercero en el Giro del año pasado y ya lo había sido en 2015, por detrás de Contador y de Aru. Entonces le frenaron para que trabajara por su compañero, pero demostró sus cualidades cuando la carretera se empina. Unas cualidades en las que todavía confía su director, Neil Stephens. «Para arriba va tanto como Vingegaard», decía Stephens después de la Vuelta al País Vasco en la que sólo fue superado por el danés.

«Mucho o poco, pero lo intentaré», admite Mikel antes de la penúltima etapa de la Vuelta. Si le faltaban ánimos los encontró en la salida de La Bañeza cuando un aficionado se presentó al lado del autobús del equipo con una camiseta del Alavés para que Landa se la firmara. Se la firmó y el aficionado y él se marcharon tan contentos.