Tenis

Sinner destrona a Djokovic en el Open de Australia

El italiano derrotó al diez veces campeón en Melbourne por 6-1, 6-2, 6-7 (6/8) y 6-3. Luchará por el título con el ganador del Zverev-Medvedev

Sinner fue un muro para Djokovic
Sinner fue un muro para DjokovicJAMES ROSSAgencia EFE

Lo que nadie había logrado en Australia lo ha hecho Jannick Sinner. El italiano propinó la primera derrota de Djokovic en su undécima semifinal del Open de Australia. Sinner se impuso por 6-1, 6-2, 6-7 (6/8) y 6-3 en tres horas y 22 minutos al diez veces campeón del torneo. Sinner disputará su primera final de un Grand Slam ante el ganador del Zverev-Medvedev. El único consuelo para el serbio es que la derrota no el aparta del número uno del mundo.

La legión de aficionados serbios se llevaba las manos a la cabeza en la grada del Melbourne Park con el segundo set ya muy avanzado. Alguno se frotaba los ojos porque lo que se estaba presenciando en la Rod Laver Arena no se había visto antes. Djokovic sometido sin discusión en la central de Australia. El serbio no encontraba soluciones ante un jugador granítico. Porque así fue el tenis de Sinner durante la semifinal. El italiano desbordó al número uno del mundo con una autoridad nunca antes vista. Si Nole estuvo irreconocible fue por culpa de Sinner. Intachable y rotundo con el servicio. Incisivo y contundente al resto. Sometió al balcánico con una clarividencia asombrosa. Y eso hizo que Djokovic dudara como nunca antes lo había hecho en Melbourne. Dudó de todo. De su servicio, de su revés, de su derecha... ofreció una sensación de impotencia en los dos primeros sets producto del tenis de Sinner. Ni siquiera estalló en una de sus reacciones histriónicas hacia su palco o destrozando una raqueta. Sinner no le dio opción ni para eso.

El balcánico estuvo irreconocible porque el transalpino apenas cometió errores. Su juego fue indescifrable en la primera hora y eso llevaba a Djokovic a buscar líneas imposibles, a forzar demasiado y a que su servicio fuera inofensivo. El tenis de Sinner era tan sólido que en la primera hora de partido Nole ya sumaba 23 errores no forzados, 29 en los dos primeros sets. El partido era un pimpampum como si se tratara de una primera ronda ante un rival procedente de la previa. Djokovic trató de rehacerse poco a poco porque no le quedaba otra. Agarrado a su servicio consiguió acortar las distancias. Su saque fue el único argumento que le permitió agarrarse al partido en el tercer set. Redujo el número de errores y logró controlar la avalancha de juego del italiano. Lo suficiente como para llevar el tercer parcial hasta el tie-break. En el desempate casi todo, lo bueno y lo malo, fue responsabilidad del italiano, que llegó a desperdiciar una bola de partido. Sus primeras dudas permitieron sobrevivir al balcánico.

Djokovic parecía recuperar su consistencia habitual, pero en el cuarto juego del cuarto set, cuando servía para igualar a dos y disponía de un 40-0, permitió incorporarse a Sinner. El servicio que le había empezado a funcionar en el parcial anterior le falló en el momento en que menos lo esperaba. Fue el impulso que necesitaba Sinner para volver a creer. La consistencia con su saque -no concedió una sola bola de break en todo el partido- hizo el resto. Sinner destronó a Nole y buscará su primer Grand Slam ante el ganador del Medvedev-Zverev.

Sabalenka-Zheng, final femenina

La bielorrusa Aryna Sabalenka, defensora del título, y la china Qinwen Zheng disputarán la final del Open de Australia tras superar a la estadounidense Coco Gauff (7-6 y 6-4) y a la ucraniana Dayana Yastremska (6-4 y 6-4). En la semifinal que abrió la sesión en la Rod Laver Arena, Sabalenka se tomó la revancha de la pasada final del US Open ante Gauff y se clasificó para la final por segundo año consecutivo, y por tercera ocasión en un «Grande». La de Minsk afrontaba su quinta semifinal consecutiva en un «Major» y alcanzó el partido decisivo sin ceder tampoco un set ante la estadounidense. El primer set estuvo plagado de altibajos, aunque en el desempate Sabalenka no dio ninguna opción. El segundo parcial fue mucho más igualado, con la campeona del US Open agarrada a su servicio y protagonizando un break decisivo en el noveno juego.

Sabalenka tendrá enfrente a la joven tenista china de 21 años Qinwen Zheng, duodécima cabeza de serie en Melbourne, y que se clasificó para su primera final de un «Grande» tras superar a la ucraniana Dayana Yastremska. La de Odessa intentaba emular a Emma Raducanu, ya que la británica era la única jugadora que ha sido campeona de un Grand Slam procediendo de la fase previa. Pero el premio fue para una Zheng mucho más sólida y con más frescura física que su rival, que incluso tuvo que marcharse a los vestuarios en el primer set para ser atendida de un problema en la zona abdominal. La ucraniana había dado problemas a la china hasta ese momento, pero a medida que avanzaba el partido Zheng se fue mostrando más sólida pese a la resistencia de su rival para convertirse en la segunda tenista de su país en alcanzar una final de «Grand Slam» tras Li Na, campeona en Melbourne en 2014 y finalista también en Roland Garros hace trece años.