Tenis
El rival de Djokovic en el Open de Australia que todavía no sabe que se va a enfrentar a él
El francés Adrian Mannarino acostumbra a no conocer a qué rival va a enfrentarse hasta una hora antes del partido
Los octavos de final del Open de Australia en el cuadro masculino están decididos: por la parte alta del cuadro: Djokovic - Mannarino, Fritz - Tsitsipas, Sinner - Khachanov y De Miñaur - Rublev. Por la parte baja, Cazaux - Hurkacz, Borges -Medvedev, Zverev - Norrie y Kecmanovic - Alcaraz.
La parte alta juega ya el domingo 21 de enero y Djokovic hará frente a un rival muy peculiar (en la madrugada del sábado al domingo, a las 3:30 horas, puede verse en televisión en Eurosport). Mannarino es un veterano del circuito, pero a sus 35 años está en el mejor ranking de su carrera. Comenzó en Melbourne como el número 19 y con su presencia en octavos se ha asegurado ascender al 17. Su camino hasta esta cuarta ronda ha sido una maratón, con tres partidos resueltos en el quinto set. Ganó a Wawrinka primero, al que remontó una desventaja de dos sets a uno (6-4, 3-6, 5-7, 6-3 y 6-0, en tres horas y 36 minutos). Después venció al español Munar también en el último parcial (6-3, 6-3, 1-6, 2-6 y 6-3, en tres horas y 24 minutos) y a continuación sorprendió a Shelton, una de las sensaciones del circuito con sus 21 años y sus saques a 230 kilómetros por hora, también remontando (7-6 [7/4], 1-6, 6-7 [2/7], 6-3 y 6-4, en 4 horas 46 minutos). Lleva una paliza para acceder por cuarta vez a unos octavos de un grande. Las tres anteriores fueron en Wimbledon: 2013, 2017 y 2018.
No quiere conocer su rival
No logró superar las tres anteriores y esta vez lo tendrá dificilísimo, aunque él todavía no sabe contra quién se va a enfrentar. ¿Cómo es posible? Su política es la de no conocer a su rival en el siguiente partido hasta un rato antes de enfrentarse a él. Lo primero que hizo después de superar a Shelton fue decir al entrevistador a pie de pista que no le dijera contra quién se iba a enfrentar. Antes de la conferencia de prensa el moderador advirtió a los periodistas que no le preguntaran por el siguiente oponente. "Siempre trato de mantenerlo en secreto el mayor tiempo posible porque simplemente no quiero pensar demasiado. Digamos que en promedio es aproximadamente una hora antes del partido", respondió el tenista francés a atp.com. Claro que a veces no es posible: que se enfrentaba a Shelton lo conoció en un restaurante mientras miraba en televisión el partido de sus compatriotas Mahut y Roger-Vasselin (que jugaban el mismo día, pero un rato antes) y que se enfrentaba a Munar se lo dijo uno de los conductores que les llevan del hotel a Melbourne Park, cuando le deseó suerte.
Mannarino restó importancia a si esto podía suponer una desventaja a la hora de preparar el partido, por si el día anterior prefiere entrenar con un zurdo si se va a enfrentar a uno o quiere pulir el resto si lo que va a tener enfrente es un sacador. "No creo que necesite prepararme de manera especial para este tipo de partidos. A muchos jugadores les gusta jugar con un zurdo antes de jugar con un zurdo, practicar con un diestro antes de jugar con un diestro, pero yo creo que eso es una tontería", respondió a atp.com. Y en este Open de Australia, en su caso, más, porque han sido tan largos sus encuentros que el día descanso apenas entrena.
El tenista francés tiene más cosas que le hacen diferente, como por ejemplo la poca tensión con la que encorda la raqueta, que llega hasta los 10 kilos y hasta 16 como máximo, mientras Nadal, por ejemplo, lo suele hacer entre 25 y 27. Los cambios son en función de las condiciones: si hay más humedad y las bolas se hacen más pesadas, si hay altitud... Lo que se consigue con más o menor tensión lo explica el encordador español Xavi Segura: "A menos tensión obtenemos más potencia (la pelota despide más) y a más tensión, más control, pero más esfuerzo tendremos que hacer para que la pelota nos salga con potencia".
Mannarino es zurdo y es un experto de jugar a la contra, de aprovechar la fuerza de los golpes de su rival para generar velocidad en los suyos. Muchas veces parece que no hace nada, pero su pelota corre. Visita con asiduidad la red y tiene una mano fantástica, puro talento. En su palmarés figuran cinco títulos, tres logrados en 2023 (Sofia y Astana en pista dura bajo techo y Newport en hierba), uno en 2022 (Winston Salem, en pista dura al aire libre) y uno en 2019 (Hertogenbosh, en hierba). Los cara a cara con Djokovic reflejan un 4-0 para el serbio, pero la última vez que jugaron fue en 2018.
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