Selección femenina
Las tareas pendientes de Markel Zubizarreta
España, que ya se ha clasificado para la fase final de la Liga de Naciones, ha estrenado director deportivo en esta convocatoria
La selección española disfruta de la clasificación para la fase final de la Liga de Naciones, el primer paso para lograr la clasificación para los Juegos Olímpicos. Pero ni siquiera eso le permite vivir días tranquilos. La tranquilidad no es un concepto que se adapte mucho a lo que sucede en los últimos tiempos alrededor de las campeonas del mundo. España salió al campo con diez jugadoras en la segunda parte contra Italia el pasado viernes, pero Montse Tomé, la seleccionadora, no quiere dar más explicaciones. Athenea del Castillo aseguró que los cambios estaban informados desde la charla en el descanso. «Athenea no ha tenido el tiempo suficiente para tener la información adecuada para hablar», explica. «El vestuario es lo importante, el equipo es lo importante y todo lo que ocurre dentro es bueno que lo cuidemos y que lo protejamos. Somos muy prudentes y superprofesionales, tanto el staff como las jugadoras», advierte Tomé.
Pero a la selección le faltaba algo, un paso más para la profesionalización y lo ha dado con el fichaje de Markel Zubizarreta como director deportivo. El hijo del mítico Zubi ya ejerció el mismo cargo en el Barcelona desde 2015. Y en ocho años construyó el mejor equipo de Europa.
Markel reconoce que en la Federación hay mucho camino andado, aunque no se haga visible, mucho más del que tenía cuando llegó al Barcelona, donde su primera labor fue ocuparse de unas reparaciones en la casa donde vivían tres de las futbolistas importantes del club.
Markel recorrió ese camino hasta ser dos veces campeonas de Europa acompañado por Gonzalo Rodríguez, que ejercía de delegado en el Barcelona y que lo acompaña también en la Federación. A su lado también estará Ana Álvarez, que hasta su llegada era la directora del fútbol femenino. Juntos intentarán que la Federación se convierta en una referencia para el impulso del fútbol femenino. Un espejo en el que se puedan mirar los clubes a la vez que la Federación aprende de los métodos de los equipos.
Zubizarreta, que ahora tiene 39 años, llega avalado por las jugadoras –muchas de ellas le conocen de su paso por el Barcelona– y con la idea de separar la gestión del fútbol femenino de la de la selección absoluta. Se trata, simplemente, de replicar la estructura con la que trabaja desde hace años el fútbol masculino.
Hasta el Mundial Jorge Vilda unificaba la figura del seleccionador y la del director deportivo. A partir de ahora es diferente. Desde la llegada de Zubizarreta hay una figura independiente que, entre otras atribuciones, tiene la de elegir a la persona que dirigirá la selección absoluta desde el banquillo.
Markel y su equipo han observado también los métodos de trabajo de otras selecciones. Un estudio que les ha servido para comprobar que España no está muy lejos de nadie. No hay una Federación que sirva de referencia como lo era la española cuando Ginés Meléndez, Iñaki Sáez y Juan Santisteban formaban el grupo que dirigía las selecciones inferiores. Alemania e Inglaterra se inspiraron en su forma de trabajo y la copia tuvo recompensa. Para los alemanes, con la generación que ganó el Mundial 2014; los ingleses ya han ganado Mundiales en divisiones inferiores y llegaron a la final de la pasada Eurocopa. Zubizarreta cuenta con su experiencia en el Barcelona como aval y ha llegado para que España pueda convertirse en esa referencia. Y para que juegue siempre con once.
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