Tenis
Nadal se sobrepone a Kyrgios y a las molestias físicas
Se impuso por 7-6 (7/0), 5-7 y 6-4 para alcanzar las semifinales de Indian Wells. Rafa suma 19 victorias en 19 partidos este año
Tres torneos y tres títulos, 19 partidos y 19 victorias, semifinalista en Indian Wells y... el siguiente capítulo será ante Carlos Alcaraz o Cameron Norrie en busca de la cuarta final de 2022 en otros tantos torneos. Nadal se deshizo en cuartos de Nick Kyrgios. Necesitó tres sets para derrotar al australiano por 7-6 (7/0), 5-7 y 6-4 en dos horas y 46 minutos. Después de deshacerse con problemas de Korda y Evans, Rafa dio un paso al frente ante Opelka. Lo hizo con un asterisco por las molestias en el pie izquierdo. Y frente a Kyrgios se sobrepuso a un notable partido del chico malo del circuito y a los problemas físicos que siguen ahí.
Kyrgios se mostró en plenitud durante el primer set. En lo bueno y en lo malo. El australiano mostró gran parte de sus virtudes y defectos en una primera hora de partido en la que hubo de todo. Empezó extrañamente centrado, comedido, ordenado. No era el Kyrgios habitual y le sirvió para lograr un break en el tercer juego con una doble falta de Rafa. A partir de ahí apareció el jugador histriónico. Sobreactuó cuando todavía gobernaba el partido y con 40-0 sirviendo para 4-2 hizo un saque por abajo. Rafa reaccionó de inmediato y sumó el punto. Lo que sucedió a partir de ahí fue una cuesta abajo y sin frenos para el australiano. Nadal siguió a lo suyo y eso le descentró. Igualó el partido con una ruptura en el décimo juego, pero el “aussie” ya estaba desatado. Reventó una raqueta, recibió un warning, pero como tiene mucho talento llegó vivo al tie-break. En el desempate estalló. Un buen saque de Rafa; un error de Kyrgios; un buen resto del español; una línea de Nadal... 4-0 y Kyrgios con la cabeza “no, no, no, no”. No sumó un solo punto y cuando iba a servir con 6-0 fue amonestado por Bernardes. Segundo warning, en este caso por abuso verbal, y adiós al set.
Dio la impresión que el propio Kyrgios forzó la situación buscando una especie de reseteo. El poco tiempo que estuvo sentado en el descanso le sirvió para bajar la temperatura. Se apuntó el primer juego, pero las conversaciones consigo mismo volvieron a subir de tono de inmediato. Rafa siguió a lo suyo, sin inmutarse, siendo muy consciente de que en cualquier momento podía producirse un nuevo estallido. Se trataba de ser paciente y limitarse a jugar, algo que hace como nadie. Kyrgios conservó la serenidad con una constante lucha interior y se dedicó a jugar, el set avanzó equilibrado. Ambos mandaban con su saque hasta que en el décimo juego Rafa tuvo que remontar un 15-30. Salvó la situación, pero había señales de que algo no iba como antes. El saque no era resolutivo, la movilidad no era la misma y el australiano equilibró el partido.
Después de dos horas y de haber confesado tras el duelo con Opelka que el pie izquierdo le estaba incomodando más de lo debido había que comprobar cómo respondía físicamente Rafa. Su primer servicio lo salvó tras superar una de esas situaciones en las que el resto tiemblan. Desactivó dos bolas de break para resolver el primer momento crítico. Kyrgios no fue menos. En el quinto juego salvó dos ocasiones de ruptura del español a base de cañonazos. Con tres iguales ya no resistió más. Una doble falta, quejándose del ruido del público, fue el principio del fin. En la primera oportunidad que Rafa tuvo con su servicio resolvió el partido y Kyrgios terminó reventando otra raqueta.
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