Kyrgios desvela el rol que asume y se gana a la gente

Nick Kyrgios ha ido evolucionando en los últimos años. Pese a que siempre se ha caracterizado por ser un tenista polémico, lo cierto es que se ha ido moderando en algunos campeonatos. Atrás quedan aquellas broncas. La última que ha salido a la luz fue en 2015. El ambiente del partido se complicó y en un cambio de pista, Kyrgios le dijo que otro jugador, Thanasi Kokkinakis, se había acostado con su novia. Pero ni mucho menos esta es la primera vez que le sucede algo así. Por ejemplo, con Nadal tuvo su más y sus menos con algún que otro gesto desagradable como darle un pelotazo. Sin embargo, cada vez que le preguntan por el mallorquín siempre responde con admiración. Kyrgios ha sabido adaptarse hacia un personaje, donde los tenistas ya no le dan tanta importancia como al principio.

El propio tenista ha reconocido en su última publicación de Instagram el rol que asume día a día: “El villano es el personaje al que la gente recuerde”. Esta frase viene acompañada por una imagen en la que aparece con unos cascos y las zapatillas en las manos. Sorprendentemente, la gente le está dando apoyo y muchos le aclaran que él no es el villano. Todas las muestras de cariño hacia él han sido muy grandes.

Esta anécdota contrasta con otros capítulos. De hecho, el australiano confesó hace un tiempo que el dinero era lo más importante: “El tenis puede ser tan estresante en individuales... A veces es un infierno. Hay que hacer un esfuerzo agotador durante mucho tiempo por mantener la seriedad y concentración, tienes una responsabilidad muy alta en la cancha. Quiero competir bien en individuales y dobles, porque estoy aquí para ganar dinero, esto es mi trabajo y por eso disputo ambas modalidades”. Tras estas palabras le volvieron a silbar en las pistas que le pisaban. La imagen que asume es la de un tenista diferente.

“Una gran parte de mí solo quiere que termine el US Open para poder irme a casa. Es solo otro partido de tenis para mí. Gane o pierda, siempre será lo mismo para mí. Para mí, si gano, es más dinero y otro gran resultado. Y si pierdo, puedo irme a casa”, afirmó. Pero muchas veces el australiano también ha llevado razón. Denunció en su partido ante Bonzi el fuerte olor a marihuana y se cogió un enfado monumental. La tenista checa Barbora Krejcikova se suma su denuncia.