Tenis

Djokovic agota otra vida, pero vence a Munar y se mete en cuartos de Shanghái

El serbio, con problemas en un gemelo y al que tuvieron que tomar incluso la tensión por el calor, vence al español por 6-3, 5-7 y 6-2

SHANGHAI (China), 07/10/2025.- Novak Djokovic of Serbia poses after winning his Men's Singles round of 16 match against Jaume Munar of Spain at the Shanghai Masters tennis tournament in Shanghai, China, 07 October 2025. (Tenis, España) EFE/EPA/ALEX PLAVEVSKI
Djokovic celebra su victoria ante Munar en los octavos del Masters 1.000 de ShangháiALEX PLAVEVSKIAgencia EFE

Más largo que la saga de películas de Star Wars o Fast & Furious está la saga de partidos de tenis que acaban con un: “Nunca hay que dar por muerto a Djokovic”. En el Masters 1.000 de Shanghái de 2025 se están viviendo varios capítulos. El calor y la humedad están haciendo mella en los tenistas. A Sinner, por ejemplo, los calambres le obligaron a retirarse. A Novak las condiciones le han hecho vomitar o le han dejado sin energía, pero logró seguir avanzando.

En el partido de octavos de final contra Jaume Munar, fue todavía más allá. Después del cuarto juego, en el que había logrado un break, se paró en seco y pidió la asistencia del fisio. Le trató entre la parte del gemelo y del tobillo izquierdos, y el médico le dio una pastilla contra el dolor. Desde ahí, ya empezó su show. ¿Estaba mal Djokovic? Por supuesto que sí, pero hasta con eso juega el tenista serbio, de toda la vida. Hay jugadores que apuestan por ser de hielo para que el rival no tenga pistas de si tiene alguna lesión o algún problema. El número uno histórico hace lo contrario: enseña su malestar, lo exagera incluso, para que el oponente lo vea y su cabeza enloquezca, porque en un punto no corre y al siguiente vuela, entonces llegan las dudas: "¿Pero está mal o no?"; y estas son el comienzo de la derrota. Los juegos al resto ya no los peleó el de Belgrado en ese set: se “limitó” (que no es fácil) a conservar su servicio, y en cuanto el punto se alargaba un poco, se doblaba, estiraba, miraba al cielo, hablaba con su banquillo explicando que le faltaba el aire...

Se llevó el primer parcial y fue sobreviviendo en el segundo con el saque, salvando un par de 0-30 e incluso una pelota de break con 4-3 en contra. En los parones, se echaba agua en la cara o usaba el hielo para bajarse la temperatura. Por momentos, incluso caminaba a cámara lenta, como si estuviera al límite. Hasta ahí le llevó Munar en el duodécimo juego, con la segunda bola de rotura, que esta vez era también de set. El punto fue durísimo y Novak acabó fallando con su derecha. Entonces, se tiró al suelo y se llevó el antebrazo a la cara. El médico entró en pista, lo acompañaron a sentarse, le tomaron la tensión, le siguieron medicando...

Ese sí que parecía el final del serbio. A Munar se le notaba entero físicamente. El calor le afectó en que se tuvo que cambiar varias veces el pantalón, que estaba empapado. Parecía el momento de ganar a la leyenda, pero en el primer juego falló un punto de forma clara, se desconcentró, sufrió el break y sus intentos de remontada fueron inútiles. Estuvo todo el duelo sin dejarse influenciar por el estado de Novak, pero esa pequeña desconexión fue suficiente. Djokovic poco a poco fue a más y con el juego agresivo que había mostrado en todo momento para intentar acortar los puntos, visitando la red con asiduidad, comenzó a fallar menos hasta el triunfo por 6-3, 5-7 y 6-2. Ni lo celebró. Se fue a la red y Munar le dio la mano de forma fría. El serbio buscará las semifinales contra el belga Zizou Bergs. Agotó otra vida en este partido, pero si los gatos dicen que tienen siete, las suyas parecen infinitas.