Mutua Madrid Open

El grito de esperanza de Alcaraz: ya puede dar cerca del cien por cien el golpe con el que hace una semana le dolía el brazo y apunta al Mutua Madrid Open

El español se entrenó por segundo día en la Caja Mágica, aumentó la intensidad y pudo dar derechas aceleradas, el golpe con el que hace una semana sentía dolor, lo que le hizo perderse Montecarlo y Barcelona. "Si mantengo estas sensaciones jugaré", asegura

A las 12:03 de la mañana, la Caja Mágica sufrió un ligero temblor. Hacía frío en Madrid, pero había sol, no era una amenaza de tormenta. Era un grito común, sumado a las carreras por aquí y por allá cuando Carlos Alcaraz apareció por la pista 11 de entrenamiento. Había muchos y muchas jóvenes, colegios de visita en estos primeros días del Mutua Madrid Open, y el fenómeno fan con el murciano fue absoluto. Estaban por un lado los que se sabían de memoria que en la pista 10 entrenaba Sabalenka y que en un rato jugarían en la 4 "los españoles" (Albert Ramos le ganó en la previa a Roberto Bautista el pase al cuadro final, 6-4, 3-6 y 6-4) y por otro los más despistados: "¿Qué regalan aquí?", preguntaban por la expectación.

Alcaraz chocó la mano con Shapovalov, que estaba empezando el entrenamiento en la pista de al lado, y charló con Ben Shelton, que le dio el relevo en la cancha 11. Todo sigue siendo cautela en Carlos, después de haberse perdido los torneos de Montecarlo y Barcelona Open Banc Sabadell por un problema en el antebrazo derecho. La zona se la continúa protegiendo y antes de comenzar hizo un calentamiento específico. Después de renunciar a Mónaco, siguió entrenando y pensó que se iba a recuperar para el Godó, pero al apretar descubrió que no estaba preparado. La opción entonces fue más drástica: ha seguido con intensidad, haciendo mucho físico, pero el brazo descansó totalmente, no practicó el golpe que le causa problemas con la molestia que tiene, el golpe con el que más domina, la derecha. En esta segunda sesión en Madrid volvió a coger la raqueta, pero todavía no tenía rival para jugar un set, sólo estaba su equipo, con Juan Carlos Ferrero a la cabeza, acompañado de Juanjo Moreno, el fisio; Alberto Lledó, el preparador físico; y Albert Molina, su mánager, con el que compartía impresiones sentado en una silla en la pequeña zona en la que ya entraba el sol durante los descansos.

"Buenas sensaciones"

En la sesión, Ferrero le tiró un primer carro en el que hizo derecha y revés suave para ir con más potencia en el siguiente. A continuación practicó el resto, con dos tiros más encadenados, y en una de esas pelotas que se quedó corta sí que aceleró con todo, golpeó la derecha cerca de su cien por cien y la acompañó con un grito. "He entrenado con mayor intensidad, he acelerado más y las cosas han ido bastante bien, con buenas sensaciones", admitió después. La hora termina con remates, saques y golpes de aproximación más voleas. Todas las pelotas se las lanza Ferrero, no es todavía juego real, de ahí que el ganador de los dos últimos años en Madrid sea precavido. "No me quiero precipitar, no me quiero meter en problemas conmigo mismo y decir voy a jugar al cien por cien, porque aún no lo sé y no quiero dar nada por hecho. Con las sensaciones que he tenido hoy y con la mentalidad con la que llego, si puedo jugar tres o cuatro partidos estaría contento", reconoció.

Antes de irse, Carlos cumplió con la firma de autógrafos. Se tira un buen rato. Por la tarde vio el entrenamiento de Nadal y después tuvo un encuentro con Ilia Topuria, con un ring improvisado en el que el peleador campeón del mundo, el último fenómeno del deporte español, le dio unas pequeñas lecciones, con mucho tiento, lógicamente. Cuando cogieron las raquetas, la película cambió.

A Carlos todavía le quedan días para seguir avanzando, pues no debutará hasta el viernes o el sábado, al estar exento por ranking de la primera ronda. El próximo reto será jugar un partido o sets en el entrenamiento.