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Atletismo

El "VAR de la marcha" debuta en Madrid: "La tecnología hará que sea más justo y no hay excusa para no utilizarla"

La prueba internacional de hoy en España usará tecnología para medir los errores de los marchadores. Es una de las grandes demandas de los atletas en una disciplina maltratada

El Premio Internacional Madrid Marcha Silbö Telecom disputa su cuarta edición
El Gran Premio Internacional Madrid Marcha Silbö Telecom disputa su cuarta ediciónMadrid Marcha Silbö Telecom

La Gran Vía de la capital de España volverá a ser testigo hoy (desde las 09:00, a las 11:00 son los 10 km de la categoría absoluta masculina y femenina) del Gran Premio Internacional Madrid Marcha Silbö Telecom, que contará con algunos de los mejores deportistas de la disciplina. Nombres como el talentoso español Paul McGrath, la mexicana Alegna González, quinta en 20 kilómetros en los Juegos de París; o el sueco Perseus Karlström, actual campeón de Europa y que ganó en Madrid en 2023, no se lo perderán.

Habrá atletas de los cinco continentes y esta edición viene además con una novedad, como es el uso de la tecnología, el llamado «VAR de la marcha». La carrera a pie es una de las modalidades más maltratadas los últimos tiempos, por la propia Federación Internacional, llamada ahora World Athletics. Pese a ser histórica, se han suprimido distancias como los 50 kilómetros, emblema de los Juegos Olímpicos, o se introdujo a última hora para París 2024 un relevo mixto (de grandísimo recuerdo para España, por el oro de María Pérez y Álvaro Martín) que funcionó muy bien a nivel global, pero que ya ha sido suprimido. Los vaivenes son constantes y una de las «excusas» para esta falta de consideración es que sigue habiendo un criterio objetivo, el de los jueces, en las descalificaciones.

"Visible a ojo humano"

Las normas de la marcha hablan de que «el atleta no pierda contacto con el suelo [los dos pies a la vez] de manera visible al ojo humano», y es aquí donde está la polémica, pues el ojo humano tiene unas limitaciones. Hace como diez años, la Federación Internacional encargó a un grupo de universidades, de EE UU, Canadá, Gran Bretaña y en España la Universidad Politécnica de Cataluña, un estudio. Se empezaron a fabricar unas plantillas que pudieran medir con más precisión ese llamado «tiempo de vuelo», es decir, cuando el atleta tiene los dos pies en el aire, pero se desechó. La Federación Internacional pareció perder interés, pero el grupo de trabajo siguió con el proyecto cambiando las plantillas por un chip que ha dado mejores resultados y que se va a usar en Madrid por primera vez en una prueba internacional (se ha probado en dos competiciones de la Federación Española en Barcelona). De momento se utilizará de manera extraoficial, al margen del criterio de los jueces y de la Federación Internacional.

La implantación de un sistema como este es una de las peticiones que hacen constantemente desde la Comisión de Atletas de World Athletics. Uno de sus miembros es Diego García, español y marchador (doble medallista europeo, dos veces olímpico). «El Objetivo es demostrar que el sistema está aquí, que funciona, además se va a usar en una prueba internacional, en un circuito urbano que son 500 metros, tienen que funcionar las antenas que van con 5G; con muchos espectadores, muchas frecuencias. Hay que demostrar que está aquí y que no hay excusa para no utilizarlo. Sólo quedaría un tema de reglamentación, de perfilar cómo se va a utilizar y cómo va a ayudar a los jueces. Se puede implementar de muchas maneras y con lo que hay ya se podría mejorar el juzgamiento. El debate sería si lo dejamos sólo a criterio de la máquina o se lo damos a los jueces para que tengan una ayuda a sus ojos con datos en tiempo real», explica Diego García, que también es impulsor de esta prueba de Madrid que va por su cuarta edición, en la que participará.

0.04 segundos

García ayuda a delimitar un poco lo que es «visible al ojo humano»: «Se habla de que la pérdida de contacto es visible a los 0.04 segundos. Se tendrá que determinar si son 4 centésimas o 4,5 o 5; y después cómo se utiliza, si se hace, por ejemplo como el carnet de conducir: 7 centésimas, pues es eliminatorio. Esto se tendría que debatir, pero la tecnología la tendríamos que usar ya».

Por esa extraoficialidad, los datos van a ser anónimos, de momento, para no perjudicar a los deportistas, pero se estudiará para decir si hay un porcentaje de atletas que tendría que haber sido descalificado y no ha sido así y situaciones por el estilo, y para mostrar lo útil que puede ser para los jueces. «Hay que contar cómo ha funcionado y arreglar los fallos que haya», concluye Diego. Un aparato que pesa 15 gramos, que tiene el tamaño de una moneda de euro y que se ata en la zapatilla supondría un paso decisivo para hacer justicia y una excusa menos contra la marcha.