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Vitamina Vinicius

El brasileño contagia alegría cada vez que toca la pelota, algo que necesita el Madrid. Marcelo y Casemiro son sus «hermanos mayores» en el vestuario blanco.

Vitamina Vinicius
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El brasileño contagia alegría cada vez que toca la pelota, algo que necesita el Madrid. Marcelo y Casemiro son sus «hermanos mayores» en el vestuario blanco.

Vinicius aprende de Casemiro y Marcelo lo que significa ser jugador del Real Madrid. Son sus «hermanos mayores» en el vestuario, los que están más cerca del «niño», que progresa rápido y es más brasileño dentro del campo que fuera. En el césped, siempre intenta alguna fantasía, pero en su vida diaria no hay ni rastro de extravagancias. Mucha profesionalidad y las ideas muy claras a pesar de sus dieciocho años, una característica que demostró ya el día de su presentación oficial con el Madrid. Dejó claro en su discurso que sabía dónde llegaba, pero que, con todo el respeto, había cruzado el Atlántico para triunfar en el mejor club del mundo.

En ello está el número 28, al que precisamente no le importó no tener un dorsal de la primera plantilla o bajar al RM Castilla para foguearse. Peleó en Segunda División B en los tiempos de Lopetegui, que lo veía todavía falto de «cocción» para la élite. Asumió su papel sin rechistar y dejó cuatro goles, alguno fantástico, durante ese periodo. «Nos ha sorprendido lo rápido que está desarrollando su talento y en escenarios como el Bernabéu, que no son sencillos», reconoce Solari, al que no le ha quedado más remedio que soltar las riendas de su futbolista. No le asustan los rivales ni los grandes estadios ni los momentos complicados. De hecho, una de las primeras cosas que hizo fue rescatar al Madrid de un problema en el partido frente al Valladolid. No encontraban el gol los blancos y dieron con él gracias al desequilibrio del ex del Flamengo.

En ese equipo de la primera divisón brasileña se ha estado preparando y, aunque llegó sin cumplir los dieciocho, su madurez futbolística es mayor de lo que refleja su DNI. Los veteranos de la plantilla está pendientes de él y le han explicado que puede brillar de forma individual con el balón en los pies, pero que el trabajo dentro del colectivo es una obligación. Eso también le ha pedido Solari, consciente de que al delantero le resulta más natural atacar que ayudar en defensa. «El talento lo tiene, es evidente, y el desparpajo. Transmite alegría cada vez que toca la pelota. Es un chico que encara, es atrevido. En el fútbol moderno eso es importante y difícil de ver, queremos que crezca a nivel colectivo, sin olvidarse nunca de su talento», insistía el técnico madridista después del último gol de su perla. Fue un remate a un toque propio de delantero centro, que servía para casi cerrar la eliminatoria copera ante el Leganés. El momento más brillante del partido y su segunda diana con la camiseta blanca. La primera también la hizo en el torneo del KO y en el Bernabéu ante el Melilla. Es un futbolista al que no se le bajan las persianas delante de la portería rival, aunque donde más ha destacado hasta ahora ha sido en el momento previo al gol. Suma siete asistencias con la que le dio a Lucas Vázquez para el 2-0 en la noche del miércoles, redondeando unos números a la altura de los mejores pasadores de LaLiga Santander.

No es Robinho

Vinicius se apoya en su familia, con la que se ha mudado a Madrid, y en la agencia que lo representa, que desde Brasil dirige meticulosamente su carrera. Es muy activo en las redes sociales y ultra profesional. Cuando se conoció su fichaje muchos pensaron en Robinho, que deslumbró al principio y luego fue echando a perder su carrera. Los que le conocen y están cerca de él aseguran que «Vini» comparte pocas cosas con el ex del City más allá de la nacionalidad. Yuni Calafat, experto en talentos brasileños jovenes y que trabaja para el Real Madrid, fue el primero que lo detectó y se convirtió en su persona de confianza durante los comienzos en el fútbol profesional.

Ahora, con un Madrid algo deprimido y Bale lesionado, Vinicius júnior está ante la posibilidad de tirar la puerta abajo. Los tiempos en los que quedaba fuera de la convocatoria están olvidados, es un fijo y con la condición de titular en ausencia del galés y de Asensio. Está en una situación muy parecida a la que vivió Jesé, que venía apretando desde atrás y aprovechó una sanción larga de Cristiano y los constantes problemas de Gareth para hacerse un hueco. Vinicius está convencido de que está preparado para jugar en el Real Madrid y cada vez que marca un gol se toca o se besa el escudo. El Bernabéu abre bien los ojos cuando el chico entra en acción y toma velocidad. Tiene físico de sobra para irse de sus defensores y su regate es un alivio para este equipo, algo pálido en ataque. «Evidentemente estamos todos muy felices en el club de tenerlo aquí», concluye Solari, que no está en situación de dejar un diamante así en el banquillo.