Tu economia
Los mercados alternativos, al rescate de las pymes españolas
Han ganado un importante peso en los últimos años, representando ya el 40% de la financiación empresarial
Holaluz se estrenaba el pasado 29 de noviembre en el Mercados Alternativo Bursátil (MAB), en lo que ha sido una semana muy activa para esta plaza. Al principio de la misma, también hacia su debut Izertis. De esta forma, ya son más de 40 las empresas en expansión que cotizan en el MAB.
Una de ellas, Gigas, decidió hace cuatro años apostar por esta fórmula para financiar su proyectos. Además de obtener los fondos necesario para afrontar el crecimiento de la compañía a través de compras, el hecho de cotizar en un mercado organizado le brindó visibilidad y credibilidad, algo fundamental a la hora de materializar negocios. El CEO de esta empresa especializada en «cloud computing», Diego Cabezudo, hace balance de estos cuatro años, en lo que Gigas no sólo ha cumplido con los objetivos que se plantearon en términos de recursos, sino también de notoriedad. «Nuestra experiencia en el MAB no ha podido ser mejor. Actualmente, cotizamos en el Ibex MAB 15, donde se encuentran las empresas con mayor volumen de negociación, y somos una de las compañías más líquidas. Cotizar nos ha aportado recursos, pero también nos ha permitido acometer adquisiciones, dándonos una relevancia y una transparencia de cara a inversores y cliente muy importante. Todo ello ha impactado positivamente en nuestras cuentas. Y es que, en estos cuatro años, hemos conseguido triplicar nuestro Ebitda».
El MAB es un mercado organizado, que facilita a las pymes un acceso sencillo y eficiente a capital. Se trata de una plataforma diseñada para que compañías con proyectos de expansión puedan beneficiarse de las ventajas del mercado, como son, además de financiación, visibilidad, liquidez o valoración.
Además, la compañías cotizadas en el MAB se pueden beneficiar del acceso al mercado de bono a través del MARF (Mercado Alternativo de Renta Fija), otra iniciativa para canalizar recursos financieros a un gran número de empresas solventes que pueden encontrar en este mercado una vía para obtener financiación mediante la emisión de títulos. A 28 de junio de 2019, 56 compañías mantenían emisiones en circulación, con lo que son 68 las empresas que han utilizado este mercado desde su creación en 2019.
Plan b
Tanto el MAB y MARF son sólo dos ejemplos de cómo las empresas han buscado un «plan b» para obtener financiación. Y es que el nuestro es esencialmente un país de pymes, y uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta es, precisamente, la financiación. La crisis endureció el acceso de estos agentes al crédito, por lo que tuvieron, literalmente, que buscarse la vida, para obtener la liquidez necesaria. Así, la financiación a través de mercados se está consolidando como alternativa al tradicional crédito. Y como muestra de esta afirmación, un botón. En el periodo comprendido entre 2008 y 2017, las sociedades no financieras han captado recursos por un valor medio anual de 50.000 millones de euros a través de los mercados de valores, frente a un descenso en media anual de 34.000 millones vía préstamos, según datos del Banco de España.
Así, tanto el MAB como el MARF han ganado peso, aportando ya el 40% de la financiación empresarial. «Estas cifras acercan la economía española al modelo anglosajón, menos dependiente de la banca y más resistente a posibles “shock” de la economía. Una de nuestras principales carencias que puso de manifiesto la crisis en 2008 fue la excesiva dependencia de las empresas de la financiación bancaria. Lo datos demuestran que han aprendido la lección porque, en los últimos años, se ha producido una convergencia con la media europea en las diversificación de las puentes de financiación», apuntan desde BME, sociedad que gestiona estos mercados.
De especial relevancia está siendo la actividad en la captación de nueva financiación a través de ampliaciones de capital en el MAB. En total, se han realizado en el primer semestre 26 operaciones, un 44% más que en el mismo periodo del año anterior. Diez de ellas, las han realizado empresas en expansión y 16 han estado protagonizadas por Sociedades de Inversión Inmobiliaria (Socimis), según los datos de BME.
Francisco Salazar Simpson, director general de la Asociación de Empresas del Mercado Alternativo Bursátil (AEMAB), considera que las Socimis ha aportado volumen a la plaza, pero que el segmento de empresas en expansión, al que su asociación representa, apenas ha experimentado variación. Salazar Simpson lo atribuye a la inestabilidad política de los últimos años, por lo que insiste que, desde las instituciones, se debe apoyar a los mercados alternativo, ya que, a su juicio, «el futuro de la industria española pasa por los mismos como ya ha pasado en países como Inglaterra y Francia».
Euronext
Euronext es otro ejemplo de mercado alternativo. Se trata del mayor mercado panaeuropeo, con plazas en Francia, Bélgica, Países Bajos, Portugal, Noruega, Irlanda, Reino Unido y que, hace tres años, desembarcó en España. Entre las ventajas para las empresas que cotizan en el mismo destacan las escasas trabas administrativas a las que se tienen que enfrentar una vez que su cotización ha sido autorizada. «A las pymes que cotizan en Euronext Acces, equivalente al MAB, no se les exige “free float” ni ningún otro requisito –la figura del asesor registrado solo es necesaria en el proceso de admisión–. No se requieren ni hecho relevantes, ni cuentas auditadas... solo un código de buen gobierno. Esto se traduce en unos menores costes para las compañías. Además, Euronext permite a las pymes emisiones de bonos que, en el caso de que se dirijan a inversores instituciones, puede estar lista en tan solo nueve días», explica José María Alcañiz, socio director de Wealth Secur, asesor registrado de Euronext.
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