AENA

Los fondos que compraron Aena se hacen de oro con los dividendos

En sólo cinco años han recibido 2.057 millones. Los inversores han recuperado ya por esta vía la mitad de lo que pagaron, cuando la previsión era hacerlo en 16 pagos

Recursos del Edificio de Aena Piovera Azul
Fachada del edificio de Aena Piovera Azul, sede central de la empresa, en MadridRicardo RubioEuropa Press

Aena sigue siendo una mina de oro para los fondos que apostaron por la compañía cuando fue privatizada en 2015. En apenas cinco años, ya casi han recuperado lo que invirtieron vía dividendos. El gestor público distribuirá entre sus accionistas 1.153 millones de euros con cargo a los beneficios de 2019, el 80% de lo que ganó. De ellos, el 49% irá a manos privadas, 565 millones de euros. En total, desde 2015, los fondos han ingresado por este concepto 2.057 millones de euros.

Los inversores se han visto beneficiados no sólo por la mejora de los resultados de la compañía sino por el incremento de los dividendos. Con cargo a los ejercicios 2015 y 2016, Aena repartió el 50% de sus ganancias entre sus inversores («pay out»), lo que a los privados –el 51% de sus acciones siguen en manos del Estado a través de Enaire, el gestor de navegación aérea– les reportó 205 y 285 millones, respectivamente. Pero a partir de 2017, la compañía cambió su política de dividendos y comenzó a distribuir el 80% de su beneficio. Desde entonces, estos accionistas han recibido, sucesivamente, 482, 520 y 565 millones de euros.

Rapidez

Los fondos de inversión que están en el accionariado de Aena están recuperando su inversión vía dividendo a una velocidad mucho mayor de la esperada. Cuando la compañía fue privatizada con José Manuel Vargas al mando, el PER (Price Earning Ratio) que se calculó oscilaba entre 16 y 26 veces. Es decir, se preveía que, como mínimo, sus inversores tuvieran que percibir al menos 16 pagas de beneficios para recuperar su inversión. Pero el escenario actual deja muy desfasado incluso el más optimista de los escenarios contemplados. Al ritmo actual, en diez años habrán recuperado todo lo que les costaron sus participaciones. Para este ejercicio, Aena espera un beneficio similar al de 2019 y tiene previsto un «pay out» del 80%, lo que reportaría a los fondos otros 565 millones y elevaría a más de 2.600 millones la cantidad que ya habrían recuperado por esta vía.

Pero el dividendo es sólo una de las vías a través de las que se están llenando los bolsillos los fondos presentes en el capital de Aena. Antes de la penalización coyuntural a que se han visto sometidos en los últimos días por el coronavirus, los títulos de la compañía cotizan en el entorno de los 150 euros, muy por encima de los 58 euros con los que debutaron en el parqué y a los que fueron adquiridos por fondos como The Childrens Fund Investment (TCI). Este vehículo fundado por Christopher Anthony Horn, cuya participación en Aena supera en la actualidad el 8%, ha necesitado apenas cuatro años para recuperar prácticamente su inversión. TCI adquirió un paquete del 11% del gestor por 985 millones de euros. Pero con posterioridad ha realizado dos colocaciones por las que ha ingresado ya 890 millones de euros gracias a la revalorización que han experimentado los títulos.

Precio de la privatización

La rápida subida que han experimentado las acciones de Aena lleva años sembrando dudas en algunos sectores sobre lo idóneo del precio al que fue privatizada. Algunos, como el sindicato Asae, creen directamente que el 49% de la empresa se malvendió bajo la dirección de Vargas después de que en sólo cinco años haya obtenido unos beneficios de casi 6.000 millones de euros, muy superiores a la cantidad por la que se colocó su 49%, 4.263 millones de euros. Con el PP en el Gobierno, Podemos y el PSOE clamaron contra la privatización. Pero la llegada de Pedro Sánchez ha frenado las críticas socialistas, si bien el pasado miércoles el diputado morado Rafael Mayoral dijo en el Congreso que el proceso debería ser «reevaluado», aunque sin entrar en más detalles.

Cuando el Ejecutivo lanzó la privatización del gestor, uno de los motivos para justificarla fueron las posibles trabas para su expansión internacional que podría implicar su titularidad pública. Ciertos países, se dijo, podrían ser renuentes a que una compañía pública extranjera gestionase sus aeropuertos. Ahora, sin embargo, varios operadores europeos están pujando con fuerza por hacerse con la administración de las 12 torres que hay liberalizadas en España.